La próxima huelga general de finales de septiembre, si no se suspende antes, amenaza con convertirse en uno de los mayores espectáculos de la historia, entre el surrealismo y el cabaret. La foto del cartel es el ya millonario Chikilicuatre al que apadrina el multimillonario Buenafuente y a los que promueve el marxista mega-multimillonario dueño y señor de La Sexta, Jaume Roures. La campaña publicitaria, una serie de diez «spots», de los cuáles ya se han emitido tres, en la que los argumentos más concienzudamente elaborados consisten en hablar de esclavos y cabrones. Y la justificación de la huelga, ni se sabe.

En el París previo a la guerra de 1870, nació el mítico «Folies Bergère» que ya cuenta 140 años de existencia, el más clásico entre los clásicos cabarés de la capital francesa, a los que tan castizamente en España se agrupó bajo aquél epígrafe del «París bien vale una misa» y que tantas veces fue recreado por la pléyade de pintores impresionistas. Solo dignos de su escenario son los «ágiles» giros de cintura y el bamboleo de caderas que Méndez y Toxo realizan para explicarnos por qué hay que hacer una huelga general (concepto revolucionario y golpista, también del XIX) que es contra el Gobierno pero menos que contra la oposición y que no pide medidas para fomentar el empleo o mejorar su calidad, sino que se limita a insultar de manera generalizada a los empresarios, desde los más grandes hasta los más pequeños; y también a la inteligencia del conjunto de los trabajadores y de los parados.

El surrealismo, que define, también en la capital francesa, André Breton en el Manifiesto de 1924, a partir de la confluencia de sus propuestas intelectuales y las derivadas del dadaísmo nihilista de Tristan Tzara, pretendía asociar el arte y las más recónditas partes del intelecto sin la participación intermedia de la razón ni de la censora conciencia. Que Méndez y Toxo, quienes en su vida han creado un puesto de trabajo, aunque cierto es, han liberado a unos cuantos de tener que trabajar para ganarse la vida, encabecen esta convocatoria contra todos y contra nadie, que busquen convencernos de aquello de lo que ni ellos están convencidos, que nos tomen por idiotas con una serie de anuncios insultantes, insufribles e insulsos; y que además pretendan tener éxito y que los sigamos en su baile, es como mínimo para que se lo hagan mirar.

En los siguientes vídeos promocionales solo falta que Méndez y Toxo nos bailen el Cancán al ritmo de una de las brillantes interpretaciones musicales de Roberto Chikilicuatre. Después, aunque la huelga fracase, siempre les quedará Eurovisión. No descartemos que lo hagan. En fin, C'est la vie!

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