No tengo a Óscar López por un torpe, aunque algunas torpezas ha cometido ya en su carrera hacia las próximas elecciones autonómicas. Quiere ganar a Herrera con frescura y no se le ocurrió en su día mejor cosa que empezar su andadura oficial subiendo a una montaña a muy temprana hora y claro, con él tuvieron que subir los periodistas. Ya allí se ganó algunas enemistades. No habrá sitios para empezar una campaña y en cuanto a la hora, la palabra madrugar es una de las malditas en el diccionario de los periodistas, acostumbrados a jornadas que se prolongan hasta altas horas de la noche en infinidad de ocasiones.

Le recriminan, un día sí y otro también desde las filas del PP que quiera ser presidente de los castellanoleoneses estando censado en Madrid y ésta es otra de sus torpezas cometidas, aunque a mí no me parezca tan grave, pues lecciones de paracaidismo electoral pueden darlas por igual los dos partidos mayoritarios con ejemplos y ejemplos. Son de esas cosas que permite el hecho de que la designación de los candidatos se haga por pequeños grupúsculos que se han hecho con el poder en cada fuerza política y no por las bases de militantes y simpatizantes.

Ahora, eso sí, la última es que ha sido de traca y merece que ruede alguna cabeza en su entorno. Como si un aspirante a presidente, aunque sea de una Comunidad Autónoma donde le falta mucho para poder ganar, pudiera permitirse no tener claro que las leyes son para todos. No se les ocurrió mejor cosa a los de su caravana de «maillots» ajustados (algunos demasiado ajustados, a juzgar por las fotos) que celebrar el verano a lo Georgie Dann con la barbacoa. Ya saben, «cómo me gusta la barbacoa». Claro, como a todos. Pero resulta que está prohibida durante los meses de estío y no por el colesterol o el exceso de grasas que pueda perjudicar aún más la línea de sus acompañantes disfrazados de ciclistas. No, resulta que están prohibidas las barbacoas por el riesgo de incendio y, si hasta los pueblos que están en fiestas durante esos días tienen que olvidarse de tirar bombas y cohetes, no puede ser que ni él ni nadie de los suyos cayera en la cuenta de que la barbacoa tampoco está permitida.

Del desliz el que menos culpa tiene es él, salvo porque como a la mayoría de los designados como líderes, quizás también le apasiona estar rodeado de pelotas que le ríen las gracias, festejan las ocurrencias y apoyan cualquier tontería que se le ocurra. Si Óscar López, al que no tengo por torpe, pretende aspirar a un mínimo plus de éxito sobre el que han tenido sus predecesores en nuestra Comunidad, más le valdría empezar a cambiar caras, cerebros y piernas dentro de su partido. Pero me temo que en lugar de eso, seguirá apostando por irse con la panda, de barbacoa.

www.angel-macias.blogspot.com