Leo y releo el último comunicado de ETA y, francamente, no veo atisbo alguno de tregua en sus líneas. Veo una declaración contenida, plagada de extrañas consideraciones. Veo la posibilidad de que, a corto plazo, desista de cometer nuevos atentados. Y también veo su inutilidad desde el punto de vista político, democrático y social. Su comunicado, no se habla de otra cosa, está muy lejos de expresar el abandono incondicional de las armas. Sin embargo sí ofrece una, a todas luces, inaceptable invitación a la negociación. ETA impone sus reglas, como siempre. «Si el Gobierno de España tiene voluntad, ETA está dispuesta, para acordar los mínimos necesarios para emprender el proceso democrático». Inaceptable. ¿A quién quieren engañar? No olvidemos que, el alto el fuego de la banda asesina se produce cuatro años y medio después de que los terroristas etarras declararan su última tregua, en marzo de 2006; y más de tres años después de que la rompieran. Hay muchos muertos en el camino de Eta como para tomar en consideración sus palabras.

Hace mucho que el Pacto de Lizarra se quedó convertido en papel mojado, en agua de borrajas. Por eso y por otras consideraciones me resulta francamente difícil creer en cualquier promesa, sólo palabras, salida de Eta. No puedo creerlos si me atengo a su trayectoria. Desde que ETA nació en los años 50, la banda terrorista ha anunciado una decena de treguas. Por cierto, todas ellas con lehendakaris del Partido Nacionalista Vasco. Este es el primer anuncio realizado con un lehendakari socialista al frente del Gobierno vasco, lo que me hace pensar en la posibilidad de que se haya producido si no un acercamiento sí algún contacto, algún atisbo de negociación con el Gobierno de España. Tampoco pongo la mano en el fuego por ello.

No me ha gustado ni lo que he visto ni lo que he leído. Todo es caduco en la última puesta en escena de ETA. Lo único reseñable, el destinatario elegido: la BBC. Quieren internacionalizar su discurso que es más viejo que la orilla del río. Quieren aparecer como los buenos de esta película de terror para que, ante las reacciones, prácticamente unánimes de rechazo de los demócratas, nos presenten como a los malos. Su único valedor, el líder del Sinn Fein. Gerry Adams expresaba su satisfacción por el comunicado de Eta y pedía al Gobierno de España que responda de manera positiva. Un antiguo terrorista del Ira, saliendo por los terroristas etarras. Dios los cría…

El proceso democrático está instalado en España y en Euskadi desde 1978, año de la aprobación de la Carta Magna. ETA, con cerca de mil asesinatos en su curriculum, hombres, mujeres y niños, civiles y militares, no está en disposición de imponer sus reglas «democráticas». Ningún ciudadano cabal, ni un solo político, ni el Gobierno de España, ni el gobierno de Euskadi pueden estar a favor de la negociación . Los muertos no nos lo perdonarían. ET permanece fuera de la realidad acuciada por los abertzales, las policías española y francesa y la inminencia de elecciones. Nada dicen de abandonar las armas, de rechazar la violencia y de pedir perdón a los muertos. Es por donde deben empezar.