En mayo, todos los peperos asturianos estaban de acuerdo en las alabanzas universales a Francisco Álvarez-Cascos, candidato virtual a la Presidencia del Principado. En julio, conspiración de la pólvora mojada, así que en medio de un huracán de disparates del Estudiante, del Algarrobo y demás hermanos mártires, dan una puñalada trapera al que era salvador sólo unas semanas antes. Y en septiembre, ahora, nueva edición de la tarascada surrealista desde el restaurante ovetense El Tizón -la danza siempre sale de la panza-, pero esta vez dirigida contra Mariano Rajoy.

Conclusión provisional: estos peperos conspiradores o son rematadamente torpes o están manejados como frágiles marionetas por los socialistas. O las dos cosas. Recuerden que en el manifiesto juliano hablaban de las agrupaciones del PP cuando no hay tal en ese partido, pero sí en el PSOE, de manera que es obvio que los socialistas les redactan incluso los escritos capitales de sus maniobras. Conclusión definitiva: los conspiradores van a salir muy tiznados de ésta.

En buena lógica, todos los comensales -ya se habla de comité digestivo- deberían estar encantados con la candidatura de Cascos, que refuerza sus posiciones electorales.

Por eso no se entiende la conspiración de la pólvora mojada, salvo que se introduzca la pieza socialista antes apuntada. De ahí el ataque loco contra Cascos en julio y el envite suicida a Rajoy ahora, en septiembre.

Lo dicho, tiznados y bien tiznados. Rajoy mediante, está al caer una junta gestora o similar y/o un congreso extraordinario, donde ya me dirán qué posibilidades tiene Juanita Calamidad -es un decir- frente a Francisco Álvarez-Cascos.

En todo caso, los socialistas están consiguiendo su gran objetivo, tan ansiado: ponerle zancadillas y obstáculos a Cascos. Además, en unos días Areces será nombrado ministro de Trabajo y Javier Fernández pasará a ser el presidente del Principado para hacer la campaña electoral desde posiciones de ventaja.