Grati, siempre te recordaremos. Pasaran por nuestra mente las muchas y delicadas cosas que con tu amabilidad, caridad, paz, alegría y ganas siempre de darnos unas palabras de sosiego en esta azarosa vida, que tu hacías con tanta sencillez y lleno de cariño hacia todos aquellos que por paisanos y sobre todos amigos, ese gran número que tenias repartidos por todo el mundo donde tu habías estado.

La poca prudencia de unos y otros. Esos nervios que se pierden en conductores que sin advertir el peligro que tenemos para los peatones, muchas veces damos al traste con la vida de nuestros semejantes, unas veces pueda que se sienta lo ocurrido y en otras se encogerán de hombros como si nada hubiera pasado.

La Virgen del Carmen a quien dedicaste tu vida entera con tu corazón lleno de ánimo y a la vez transmitiendo todas esas sensaciones a las personas que te rodeaban será premiado con seguridad por la Santísima Virgen del Carmen y su adalides San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Avila.

Todos hemos dicho lo mismo cuando nos contaron este dramático percance: «A Grati, ¿qué le ha pillado un coche?». «Esperemos, puede ser una confusión. Esto no puede ser verdad».

Te hemos perdido en una calle de Madrid, tan cerca de tu casa? Todo nos parece mentira.

Ahora sólo te espera el cielo que bien merecido lo tienes. Allí esperamos encontrarnos todos cerca de esa Madre del Templo a quien tu dedicaste unos sermones llenos de esperanza poniéndola como refugio y consuelo en nuestro caminar por la vida. Hemos perdido por el camino a uno de nuestros hombres importantes no sólo del Carmen Descalzo sino también de Pajares de la Lampreana (Zamora) y de todo el mundo, que durante tus años de misionero pudieron admirar y seguir tus enseñanzas y ejemplo de vida. Una oración por su alma.