Pongámonos en el peor escenario posible, en la tramoya de una película de ciencia ficción a cuenta de la decisión judicial de anular la contratación del equipo técnico que redactó la revisión del Plan General de Urbanismo de Zamora. Como el contrato no existe, es una entelequia, quien lo firmó no lo firmó. Lo que era un instituto universitario se convierte así en un ente fantasmagórico. Como la revisión del documento no es válida, el plan desaparece del papel, igual que las letras y los accidentes geográficos de los mapas mágicos de Harry Potter. A lo peor desaparecen los concejales que lo votaron, tanto a favor como en contra, y se trata sólo de sombras chinescas. Y puede que no exista ni el Ayuntamiento, cuya fachada sea no más un decorado de tela, con mucha tela que cortar. Si hace unas semanas el PGOU se transformó, gracias a Adeiza, en PGOUFFF, después de esta sentencia judicial ya va camino de PGOHUY qué miedo...