De unos años para acá no tenemos muy clara cual es en verdad la edad de jubilación de los trabajadores patrios. Desde que Telefónica primero y el ente Público Radio Televisión Española después, amén de entidades de crédito y ahorro y otras empresas, decidieran empezar a jubilar a su gente con los cincuenta recién cumplidos y aún menos, la cosa esa de los 65 como edad tope para pasar a la pasividad laboral se ha destartalado un poco. Encima, el Ejército hace otro tanto de lo mismo. En lo mejor de su vida militar los envían a la "reserva". Y la "reserva" militar al igual que la "segunda actividad" policial son eufemismos que vienen a significar lo mismo, que se quitan de encima a un montón de gente que ha costado lo suyo preparar, en tiempo y dinero, para mandarlos a casa antes de tiempo.

Ni eso, ni como sugiere el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Ordóñez, alargar la edad de jubilación para mantener la sostenibilidad del sistema de pensiones. Seguirá ocurriendo tres cuartos de lo mismo si ciertas empresas siguen poniendo fuera de juego a sus trabajadores en lo mejor de su vida activa, con los cincuenta cumplidos. Ni pasarse ni quedarse corto. Pero es una vergüenza que se incremente el número de pensionistas con gente que puede perfectamente seguir trabajando unos añicos más. Nunca entenderé a quienes bendicen y admiten que estas cosas ocurran y luego son incapaces de reconocer enfermedades absolutamente invalidantes, manteniendo en el tajo a gente con dolencias que están para el arrastre.

La cosa no está para lanzar cohetes. Por un lado el fantasma de la deflación que asoma tras la última bajada de los precios; por otro la previsión del gobernador del Banco Central Español de que este año la Seguridad Social acabará en déficit. Nunca como hasta ahora pinta tanto en bastos para nuestra economía y nuestro futuro, a pesar del rechazo de plano que el ministro Corbacho ha hecho de las recomendaciones de Fernández Ordóñez. Aunque no es la primera vez que la Seguridad Social roza los números rojos. Y eso sí que nos da pavor a todos los españoles.

Mire por donde, en esta ocasión tengo que alinearme con sindicatos y Ministerio de Trabajo. Alargar la edad de jubilación es una barbaridad. Aunque también digo que lo que sindicatos y Ministerio deben hacer con la urgencia que el caso requiere es impedir que tantas entidades, entes y empresas de todo tipo, sigan adelantando la edad de jubilación de sus trabajadores. A trabajar cuando toca, ni un año más ni un año menos.