E1 mes de abril es primavera plena por estas latitudes nuestras, a pesar de sus vaivenes, y de sus tropelías meteorológicas, que hacen temblar los campos hasta sembrar el pánico entre las gentes que los cultivan. Pero abril es así, le cuesta trabajo adaptarse a las exigencias de la primavera que lleva en su seno y su inquietud la transmite a todos, cosa fácil de comprobar cuando pasamos revista a las efemérides, siempre aleccionadoras.

Tábara recuerda a su poeta y desde la Plaza Mayor de la villa, donde nos encontramos con él a través de la acertada creación de Hipólito Pérez Calvo, su estatua nos lleva a recordar su creación poética, recogida con enorme cariño al otro lado del océano. En lo alto del Parque de Chapultepec, en la capital mexicana, evoca León Felipe sin duda su tierra y sus recuerdos. Tábara, centro histórico de primer orden, desde la Mozarabía, con sus monasterios, auténtica escuela de beatos, esas joyas de la literatura, del arte y de la mística de la Alta Edad Media, no siempre ha sido mirada y tratada con el debido respeto. Templarios, dominicos, jerónimos y como final un marquesado cargado de historia, de esperanzas y hasta de leyendas, porque cuando la historia es rica, se convierte en una fuente inagotable para la literatura. Y Tábara tiene para dar y tomar hasta la saciedad.

Seguimos en abril en los primeros días del año 79, con las primeras elecciones municipales democráticas de las que hemos celebrado los primeros treinta años. El balance está ya escrito en las páginas de la historia y justo es recordar, porque es nuestra historia el 14 de abril del año 1931, como también hay que recordar, un poco más lejos en el tiempo, la aventura de Villalar, en la que tanto tuvo que ver el célebre obispo de nuestra diócesis, Acuña, cuya biografía a cargo de Alfonso M. Guilarte, que titula "Historia de un comunero" y publicada en 1979, es obra fundamental para conocer no sólo al célebre personaje, sino también para ver claro en algunos aspectos el desarrollo del acontecimiento histórico. La obra fue presentada por el autor de nuestra Casa de Cultura nada más aparecida. La fecha del 23 de abril ha pasado a convertirse en la Fiesta de la Comunidad, como si en las tierras que la forman no hubiese otros acontecimientos más trascendentales que la derrota de tres nobles. Tomémoslo como un capricho de la propia historia.

La relación de efemérides ofrece otras curiosidades cuando repasamos las páginas y seguimos de cerca la cronología. Nos encontramos que en esta fecha celebramos la Fiesta del Libro por esa fiel coincidencia con la desaparición del autor del Ingenioso Hidalgo. Curiosamente su apellido se corresponde con uno de nuestros topónimos, Cervantes, y larga, muy larga, es la serie de citas y referencias que podemos encontrar en esas tierras, pero eso ya está escrito y lo que hay que hacer es leerlo y releerlo. Lo demás llega solo y los topónimos que cita Cervantes en "El Quijote" siguen vivos en esa tierra, sin pedir nada a cambio. El amigo Leandro Rodríguez lo sabe muy bien.

Abril es una fuente casi inagotable de citas y de conmemoraciones históricas, con las que podemos hacer toda clase de saltos y cabriolas, sin necesidad de tener que salir de nuestra historia. Eso sin abandonar el calendario actual. Nos basta comenzar pasada la Pascua la sucesión de celebraciones que avanzan a lo largo de los fines de semana de manera ininterrumpida, saltando al mes de las flores entretejiéndose con las labores y los días grandes de fiesta del verano, siguiendo hasta bien entrado el otoño, siendo san Miguel de vendimias, 29 de septiembre, el que cierra el calendario festivo romero.

No es corta la sarta de dichos, de refranes y de frases ambiguas de doble sentido que acompañan a nuestro mes de abril, lo que también cuenta y no deja de trasmitir toda una serie de pensamientos que siempre ayudan a recordarlo, como hoy lo hacemos con más o menos fortuna.