La subdelegada del Gobierno en Zamora, Josefa Chicote, anuncia que en cuestión de días se inicia la explanación de algunos terrenos por los que discurrirá el tren de alta velocidad a su paso por la capital y la provincia. Parece que pese a los malos presagios y a las reiteradas denuncias de graves retrasos por parte de la oposición del PP, los proyectos en infraestructuras se mantienen con un ritmo bastante lógico, y sea bajo el poder socialista o bajo el mandato popular, en la próxima legislatura, allá por la mitad o algo más, presumiblemente, el AVE pasará por Zamora, hacia Galicia.

Se habrá cumplido así, cuando ese momento llegue, una de las aspiraciones que más ha reivindicado la provincia en los últimos tiempos, dando origen a polémicas y debates políticos y ciudadanos, con una plataforma cívica por medio, todos los cuales han hecho mucho por el asunto, desde conseguir que el trazado de la alta velocidad continuara por Zamora, casi sin apenas tráfico ferroviario en la actualidad, hasta que hoy día se contemple como un proyecto en marcha y ya no tan lejano en el tiempo, incluido en unos plazos normales si es que de verdad se cumplen, como se han cumplido los del trayecto Madrid-Segovia-Valladolid.

Positivo puede ser recordar el caso de la capital de la región, donde ya hace un mes que llega el AVE, y donde fue la propia Cámara de Comercio la que advirtió con anterioridad que nadie aguardase milagros económicos de la nueva infraestructura. Es muy importante reducir a la mitad el tiempo de desplazamiento en tren a la capital del país, o viceversa,

pero eso es, sobre todo, sobre otras legítimas consideraciones, lo que significa.

Ni esperan más empresas, ni más puestos de trabajo, aunque si de alguna manera influye en que así sea, pues mejor que mejor. Eso se llama realismo.

Lo cierto es que a un mes de la entrada en vigor de la línea de alta velocidad, que hace el viaje Valladolid-Madrid y viceversa en 56 minutos oficialmente, el índice de ocupación media apenas sí ha sobrepasado el cincuenta por ciento, y eso que se trataba de las fechas navideñas, muy proclives a los desplazamientos, aparte del atractivo de la novedad. Por cierto, que han sido más los viajeros hacia la capital de España que los desplazados a la capital de la región. Con todo, resultan unas cifras bastante discretas. Y es que en ese mismo viaje, hecho en coche, apenas se tardan dos horas y su costo resulta generalmente más económico.

Por lo demás, el cumplimiento estricto de los horarios se ha dado en un 97 por ciento, y la llegada del AVE a Valladolid ha servido para hacer cobrar nueva vida a la estación y sus aledaños, siendo apreciable el número de curiosos que en los primeros días se acercaron a ver la llegada del nuevo y velocísimo tren. Cuando llegue a Zamora seguramente ocurrirá otro tanto. Pero lo mejor será no hacerse demasiadas ilusiones respecto a lo que puede suponer de cara al futuro de la capital y la provincia la alta velocidad ferroviaria, que es justo lo que es, aunque bienvenida sea y no tardando.