No ha estado muy fino que se diga el portavoz de los independientes de Adeiza, Miguel Angel Mateos, al unirse al habitual coro de los que claman por suelo industrial y anunciar que exigirá al Ayuntamiento del que forma parte, un golpe de timón para la creación de terrenos que sirvan para dinamizar el alicaído panorama socioeconómico provincial. Porque en los mismos días que Mateos hacía esas y otras curiosas declaraciones -como su disposición a apoyar ahora el parking del Clínico si se respeta el bulevar- se conocía el resultado de una encuesta realizada entre empresarios de Castilla y León sobre los lugares de la región más idóneos y preferidos para la instalación de nuevas industrias y ni uno solo de ellos citaba Zamora, convertida en la única provincia de las nueve de la comunidad que no ha merecido la menor atención de los presuntos inversores.

Que ya es. Ni una opinión favorable, y eso, además, no es únicamente de ahora sino de la década que ya lleva realizándose el sondeo. Tan solo en el 2005 a alguien se le ocurrió mencionar a la provincia zamorana. Pero no ha habido más. Para que luego vengan algunos con sus faroles, que en realidad no pretenden más que ocultar intereses de sector cuando no personales. Los empresarios de la región dicen, y es lógico, que si tienen que invertir lo harían en Valladolid, la gran mayoría, o en Burgos después, o en León y Salamanca, o en Segovia y Palencia, o en Soria y Avila que cierran la relación por seguir el resultado de la encuesta. Pero nadie habla de Zamora.

Claro que se puede argüir y no faltará quien lo haga que ese desinterés se debe precisamente a la carencia de suelo industrial. La pescadilla que se muerde la cola, vamos. Pero es un argumento difícilmente sostenible y basta remitirse a épocas anteriores, cuando había suelo industrial de sobra -lo mismo que ahora, en realidad- para que quede demostrado. Son otros factores los que más importan, como son la situación geográfica de aislamiento, las deficientes comunicaciones de todo tipo, la despoblación incesante, el escaso dinamismo empresarial -ni un solo proyecto zamorano ha optado a las subvenciones de Investigación y Empleo- y la imagen de pobre desarrollo socioeconómico que todavía y en muchos casos muy injustamente pesa sobre la provincia.

La intención del portavoz de Adeiza, que viene dada por los demoledores datos sobre la región y en concreto sobre Zamora ofrecidos por el reciente informe de las Cajas de Ahorro, resulta voluntariosa pero es más que dudoso que ese anuncio que hace Mateos de que volverá a presionar a la Junta y al Gobierno de la nación para lograr un mejor trato para la provincia, basándose en la fuerza de los dos votos de Adeiza en el Ayuntamiento de la capital, sirva para algo. Ya lo intentó tras las elecciones y ni unos ni otros le hicieron caso. Las provincias interesan por sus votos y el PP sabe que este es un seguro granero para sus intereses, mientras que por el contrario al PSOE poco parece preocuparle un lugar en el que siempre pierde, fatalmente y sin remedio. De modo, que así seguiremos.