Aparta de mí ese cáliz, parecen comunicar a sus jefes últimamente cada vez con mayor frecuencia políticos relevantes del PP cuando les ofrecen encabezar listas y candidaturas, sean alcaldes o alcaldesas o futuros diputados. Aunque acaben asintiendo dóciles para que se haga en ellos según la palabra del superior de turno, da qué pensar tanto desdén a la hora de aceptar el mandato. Es vox populi que Antonio Vázquez, flamante número uno al Congreso de los Diputados, huía como de la peste del cambio de Cámara, aunque regresara de improviso a la cabecera del cartel. Y menos cuando hace meses llegó a sus oídos que García Carnero iba poniendo su nombre en el disparadero por corrillos y sedes. Sorprendente situación rocambolesca: el que no quería ir (Vázquez), al final va; y la que se muere por seguir yendo (Elvira Velasco) se puede quedar en casa, compuesta y sin puesto.