Si alguien dijo que la vuelta de Antonio Vázquez a la primera línea de la política activa sería por encima de su cadáver, a estas horas deben haberlo ya dado por muerto. Poco ha pesado esa herencia que parece lastrar al Ayuntamiento de Zamora en la decisión de los órganos locales del Partido Popular cuya pírrica baza consiste en que el "cunero" no figure como cabeza de lista al Congreso de los Diputados. Al contrario de lo que ocurrió cuando las disputas internas se zanjaron con el aterrizaje forzoso de Otero Novas de número 1, los populares zamoranos parecen haberse palpado las vestiduras y no haber encontrado nada original en los bolsillos para llevar a las urnas.

Nadie duda de la capacidad demostrada por el diplomático Gustavo de Arístegui, pero suena un poco raro que un ministrable para la cartera de Exteriores ande dando vueltas como una peonza de circunscripción en circunscripción. Rajoy sí tenía mucho suelto en los bolsillos. Que se lo digan a Gallardón, cuya cabeza pasea por El Prado Esperanza Aguirre ensartada en una pica chulapona. Un nuevo acierto de los estrategas electorales del PP, que, a la vista de lo acontecido, son los mismos que tan divinamente gestionaron la crisis del 11-M. En Zamora el PP nunca ha tenido que realizar travesía del desierto. Las mieses siguen guardadas con celo en el granero de votos de la derecha. Pero Vázquez ya ha recibido en carne propia las duras lecciones que enseña la vanidad de dar por ganados unos comicios por lo que deberá desempolvar el traje de los mítines y emplearse a fondo en los debates. No es lo mismo encabezar la lista al Congreso que aguardar la bendición de la cruz en la casilla de la candidatura al Senado. Dicen que Cuadrado ya se ha calado la montera y que cuenta con serias esperanzas para hacerle una faena al miura que tantas cornadas atizó en la Casa de las Panaderas. Otra cosa es que le den la oreja.

Por ahora, los pañuelos blancos sólo los han sacado para despedir a Elvira Velasco, que aunque reúne la condición indispensable de ser mujer, como exige la Ley de Paridad, no parece haber reunido méritos suficientes pese a sus cinco interrogatorios diarios, incluidos domingos y festivos, en su andadura junto a José Folgado. El apoyo del alcalde de Tres Cantos, otro eterno ministrable, y su amistad con Ana Pastor, son dos de las ayudas con las que cuenta para repetir como parlamentaria y superar su posición encontrada con la actual dirección del PP en la provincia. La "solución Vázquez" demuestra que en el partido no hay cadáver definitivo. Me veo a Macías aflautando la voz y luciendo maxifalda. Igual hay suerte y cuela.