Yo creo que París bien vale los novillos que hice ayer y que mi "club de fans" me ha echado en cara. Caramba, he vuelto en cuanto he podido. Antes de marchar no me dio tiempo a dejar en la "nevera" más de lo que ustedes han podido degustar fechas pasadas. El magín no da más de sí. Se trataba de pasar unos buenos días, alejada del entorno habitual y, una vez conseguido, aquí estoy de vuelta, allí no me iba a quedar, aunque no me hubiera importado, pero no podía ni debía. Entre otras cosas porque tenía ayer mismo una cita con mi buen amigo Oscar Somoza y mañana jueves la tengo con Juan José Millás, citas ineludibles a las que no me apetecía faltar.

Lamento que al pasar lista me hayan puesto falta pero, me ha compensado enormemente. Repito la próxima semana, sólo que procuraré dejar los deberes hechos. Vuelvo y me encuentro con que han cambiado algunas cosas. Se han disuelto las Cortes; España está de mitin; Rajoy lleva como dos por Madrid a Pizarro, me parece un acierto pleno; Gallardón espera impaciente en la espera; Pedro J. Ramírez ha hecho la entrevista más larga de la historia del periodismo, ocho horas, esta vez al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, interesante de veras, sobre todo por algunos datos que no pueden pasar desapercibidos al votante. La entrevista-río se repetirá con Mariano Rajoy. Portugal nos cede una temporada a "El Solitario", a quien mi buen amigo Matías Antolín lleva hechas muchas horas de entrevista. Siguen desapareciendo niños en esta España donde los secuestros de menores están a la orden del día y, entre otras muchas más cosas, han soltado al asesino de la catana.

Creo que en España se produce demasiada violencia y que este país está habitado por demasiados violentos. Es más, creo firmemente que en España la Justicia es demasiado permisiva con los violentos. La muerte de los padres y una hermana con síndrome de Down, han valido al asesino de la catana, ocho años escasos de internamiento. Los padres y la hermana al hoyo y el hijo y hermano asesino al bollo. Y encima salen los psicólogos de turno, siempre tan acertados, diciendo que el chico, a buen seguro, habrá aprendido la lección, que no volverá a reincidir, con sus padres y su hermana, no, desde luego, y esos argumentos que la mayoría de las veces no tienen razón de ser ante el comportamiento del asesino de turno. ¿Volverá a matar? Yo no lo sé. Lo que sí sé, es que ocho años han sido muy pocos para aquel chico de 16 años que sabía muy bien lo que hacía, que quiso huir de la realidad que no le gustaba y en lugar de hacerlo dialogando con sus progenitores o en el peor de los casos, huyendo, se los quitó de en medio.

Pero, cualquiera dice nada. Pobrecito, ha purgado ya por su triple crimen. Tres vidas inocentes valen tan sólo ocho años escasos para la Justicia española que ni siquiera ha considerado el intento de huida que el asesino de la catana protagonizó hace unos años. En lugar de ser un agravante que redondeara más la cuenta, ha sido un eximente que le ha puesto en la calle al poco tiempo. Y no tiene que presentarse al juez nunca más, por lo menos por el triple delito cometido. Si vuelve a las andadas, será otra cosa. Si eso llega a ocurrir, cambiarán los argumentos, dirán que el Sistema falla, que no se observó esto o aquello pero los responsables, concretamente el juez que ha determinado su salida del centro, se lavarán las manos como Poncio y el soponcio para los nuevos afectados.

En otros países que estrellan su suerte en la misma bandera azul que lo hacemos nosotros, la Justicia es más rigurosa, más coherente con la realidad social del momento, pero, aquí, seguimos siendo más papistas que el propio Papa. De ahí que de vez en cuando, hacer novillos no nos venga mal. Como recién acabo de hacer.