Entre flores, fandanguillos y alegrías, nació mi España, la tierra del amor", decía la estrofa de aquel "himno" de verano titulado "¡que viva España!" y que se popularizó en toda Europa hace ya unas cuantas décadas. Desde entonces, nada había vuelto a sonar tan patriótico y sandunguero como aquella canción. Pero, claro, para alimentar el hit parade, para formar parte de los "40 primordiales", sin más pretensiones, la música y la letra no estaban mal, pero para formar parte del himno nacional, que es algo muy serio y que nos identifica dentro y fuera de nuestras fronteras, pues como que no. "Que viva España" fue algo así como la precursora geográfica y patriótica de la "Macarena" de Los del Río, que también se encaramó a los primeros puestos del hit parade, incluso en Yanquilandia, donde llegó a bailarse en la mismísima White House. Pero nada más. El himno nacional es otra cosa. Además, ya tiene música, sólo se ha echado en falta, desde la entrada en vigor de la democracia, una letra consensuada por todos. Porque antes tenía sus propios versos. Yo juraría haber oído a tía Niceta cantarlo en más de una ocasión. Pero, a ver, ¿quién conocía aquella letra procedente de otros tiempos de los que no termina de pasarse página?, pues cuatro supervivientes y poco más, de ahí que necesitásemos con la urgencia que el caso requería una letra en consonancia, no me atrevo a decir como Dios manda, en vista de las malas relaciones Iglesia-Gobierno de España.

Pues bien, si no es por los deportistas que se cuadran, cansados de escuchar el himno nacional con la boca cerrada y no precisamente para que no les entraran moscas, nadie, dentro y fuera de la política, se había preocupado de ese cantarcico con el que se le llena la boca a los deportistas de todos los países, menos a los del nuestro. Como se avecinan unos Juegos Olímpicos, había que darse prisa y tratar de popularizar la letra de un himno que satisficiera a todos. Y parece que ya la tenemos. El jurado encargado de analizar las propuestas recabadas por iniciativa del Comité Olímpico Español y de la Sociedad General de Autores y Editores ha elegido un texto que, antes incluso de haberse hecho público, había levantado ya polvaredas. Falta que las Cortes le den el visto bueno, pero por fin hay letra para la música, hasta ahora huérfana, de nuestro himno nacional. Se trata de cuatro estrofas sin muchas pretensiones, escritas según se dice, rumorea y comenta, por un jubilado español. Estoy convencida de que va a dar mucho que hablar. Ya está dando mucho que decir. Lo curioso de la misma es que empieza con un sonoro ¡Viva España!, como el de aquel "himno" del verano, al que siguen: "cantemos todos juntos/ con distinta voz/ y un solo corazón" que, dicho así, suena precioso, suena como soñamos los españoles, los que somos, nos llamamos y sentimos españoles, pero ¿qué dirán los otros? En principio pasarán. Allá ellos y sus conciencias si es que las tienen. No sé qué ocurrirá con la letra porque las primeras voces discordantes se han alzado ya en alguna que otra cadena de emisoras. Se han enviado más de 2.000 letras y esta que comienza con el sonoro "¡Viva España!" es la que se ha llevado el beneplácito del jurado. Servidora ya la ha cantado y no está mal, podía haberse hecho algo un poco más parecido a "La Marsellesa" pero se ha preferido un himno minimalista y esto es lo que hay, siempre que las Cortes le den luz verde. Pienso que en cuanto Plácido Domingo le ponga voz en la gala anual del Coe que se celebrará el próximo 21 de enero, un día después de su regreso a España, precisamente con este fin, la cosa cambiará. Tiene que ser una auténtica gozada escucharlo en la voz inmensa del tenor español. En principio, digan lo que quieran los que siempre tienen algo que decir, por fin habemus himno y eso es lo que importa.