Los últimos datos del Padrón municipal de habitantes, difundidos hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística (INE), han vuelto a irritar los ánimos de muchos zamoranos. Como ya conocen, desde el 1 de enero de 2006 (cuando en Zamora estaban empadronadas 197.492 personas) hasta el 1 de enero de 2007 (con 197.237 residentes), la provincia ha perdido 255 efectivos demográficos. Sólo en 80 municipios (de los 248 de Zamora) ha aumentado el último padrón. Con estos datos en la mano es lógico que algunos piensen que Zamora no levanta cabeza y que nos dirigimos, si nadie lo remedia, hacia la extinción demográfica. Si fuera así, el desánimo estaría plenamente justificado. ¿Pero realmente es así? Lo que más me ha llamado la atención no han sido, sin embargo, estas impresiones, sino tener que leer o escuchar de nuevo que la gente se sigue marchando de Zamora. La prueba sería que, como dice el INE, durante 2006-2007 la población ha vuelto a menguar en esta provincia.

Sin embargo, los datos del INE no permiten deducir ni concluir que la gente se siga marchando de Zamora. Porque precisamente sucede todo lo contrario: en la provincia entran más personas de las que salen de sus límites geográficos. Y ustedes se preguntarán: ¿cómo es posible lo que digo si, como certifica el INE, Zamora ha perdido 255 residentes durante el último año demográfico? La explicación es muy sencilla. El balance final de la población de un territorio, es decir, que crezcan o disminuyan sus efectivos, depende del comportamiento y de la combinación de cuatro variables: nacimientos, defunciones, inmigrantes (las personas que entran) y emigrantes (las que salen). Por tanto, si en Zamora conocemos cuántos han nacido y cuántos han fallecido durante 2006-2007, es muy fácil calcular si la provincia sigue expulsando más población de la que recibe, como creen algunos, o si, por el contrario, los inmigrantes son más numerosos que los emigrantes. Ustedes mismos pueden echar las cuentas. Veamos. Si durante 2006-2007 las defunciones han superado a los nacimientos en aproximadamente 1.160 personas, ¿cómo se explica entonces que la provincia sólo haya perdido 255 residentes, tal y como dice el INE y han recogido los medios de comunicación? Habrá que deducir, por tanto, que el balance final entre los que han llegado (inmigrantes) a Zamora y los que han salido (emigrantes) de la provincia ha sido positivo. Y efectivamente, ha sido positivo: con los datos en la mano, se puede y se debe concluir que las entradas han superado a las salidas en aproximadamente 800 personas. Si durante 2006-2007 Zamora ha perdido población (255 residentes menos), se debe única y exclusivamente a que las defunciones han superado a los nacimientos. Y lo más importante: hemos dejado de ser una provincia de emigrantes. Sin embargo, todavía tendremos que escuchar lo contrario. Ya lo verán.