No hubo tregua, ya se dijo. Ni Navidad, ni Reyes, ni nada, que las elecciones generales son inminentes, y es mucho -el poder, nada menos- lo que está en juego, y eso que región y provincia tienen en el PP el seguro vencedor. Así que, desde la oposición socialista en el Ayuntamiento de Zamora, sin esperar siquiera al fin de las festividades, se ha comenzado otra ofensiva, una más dentro de lo que, en efecto, pudiera empezar a parecer una operación de acoso y derribo al actual equipo de gobierno municipal en minoría. Y desde el otro flanco izquierdista, desde IU, se matiza pero se apoya la postura socialista, más endurecida que nunca.

Para empezar, el grupo del PSOE ya ha anunciado que no descarta la moción de censura a la alcaldesa, de la que asegura que mantiene las mismas formas que su antecesor en el cargo. Revela Carlos Hernández que al respecto se mantienen conversaciones constantes con los otros dos grupos de la oposición. Para los socialistas del Ayuntamiento, el tiempo de Rosa Valdeón se agota, por lo que en un ejercicio de política malabar sorprendente, han llegado a invitar al presidente del PP, presidente de la Diputación y concejal del Ayuntamiento, Fernando Martínez Maíllo, a hacerse cargo de una Alcaldía preocupante y que no funciona, a su entender. Sostiene el del PSOE que esa sería una solución si la alcaldesa no sirve para el cargo como, según él, se comenta ya en la ciudad. Claro que Valdeón, que no es manca, ya le ha contestado que todo obedece a su frustración de no ser alcalde.

Por su parte, la representación municipal de IU no admite, por boca de Francisco Guarido, su portavoz, que una moción de censura pueda presentarse a corto ni siquiera a medio plazo y niega políticas de obstrucción para acabar a toda costa con el equipo del PP. Se nota lo que siempre se ha dicho: que los de IU se encuentran tan a gusto en la oposición, con sus denuncias diarias, que no apetecen mucho del poder, como quedó demostrado tras los pasados comicios municipales. Y siguiendo con su filosofía política apela a la movilización vecinal para imponer los acuerdos de la mayoría, o sea: de la oposición, como rotunda réplica a la intención de la alcaldesa de seguir con las gestiones del parking subterráneo del Clínico y a la paralización de asuntos tan importantes para la ciudad como el Plan de Urbanismo o la adquisición de un edificio municipal que superaría los precios del mercado inmobiliario. De lo que se deduce que puede haber protestas en la calle, o con eso se amenaza. Difíciles continúan, pues, las cosas. Claro que quien a la postre podrá resolver esta situación será el grupo de Adeiza, con sus dos votos, bien apoyando al equipo de gobierno o bien a sus compañeros de oposición. Pero fiel a su línea, Miguel Angel Mateos no se pronuncia. Hay que esperar, ya que el calendario marca en esta ocasión, con las elecciones generales en marzo, un tiempo decisivo. Porque de lo que ocurra el nueve de marzo, de quién gane las elecciones, Zapatero o Rajoy, puede depender también, y mucho, lo que suceda luego en el Ayuntamiento de Zamora.