Pedía hace unos días, quizás a los Reyes Magos, el presidente de la Cámara de Comercio, Manuel Vidal, un político zamorano en Madrid. Les aseguro que al leerlo, en la jugosa entrevista de La Opinión-El Correo, recordé la novela de Mark Twain "Un yankee en la Corte del Rey Arturo". Ya saben, aquella en la que un americano moderno viaja en el tiempo, hasta la época de la Corte de Camelot. ¿Una peripecia increíble? Pues sí. Más o menos como imaginarse a un político, curtido en cualquiera de los dos grandes partidos de Zamora, con mando en plaza en Madrid. Por algo lo dice Vidal, gran conocedor de los entresijos políticos de Zamora y de Castilla y León.

Nacidos en Zamora, que tengan o hayan tenido responsabilidades públicas importantes en Madrid, haylos. Pero que hayan nacido en el ecosistema político de nuestra tierra, ninguno. Los dos casos más recientes son los de José Luis González Vallvé y José Folgado. El primero, es hoy máximo representante de la Unión Europea en España. Antes fue consejero autonómico, "fichado" por Juan José Lucas cuando era funcionario, ¡en Bruselas! De evitar cualquier veleidad política, rápidamente se encargó la dirección popular en Zamora. Por ahorrarle preocupaciones, más que nada. De Folgado, una de las cabezas mejor amuebladas que uno haya conocido, qué decir. Antes de ser alcalde de Tres Cantos, ciudad que ya nota la transformación en apenas seis meses, fue secretario de Estado en los dos gobiernos de Aznar y con más "poder" que muchos ministros. Pero tampoco era político. Durante 17 años había sido director de estudios económicos de la CEOE y profesor universitario. Y afincado en Madrid desde la juventud. De su gestión, puedo dar fe, Zamora se benefició en un grado que nunca será suficientemente conocido. Prescindiendo de todo lo que podía aportar, buscaron que aplicara su talento a territorios mucho más necesitados. En tan generosa actitud, no han cejado en tratar de alejarlo de nuestra provincia. Ahorraré los elogios que en ocasiones vierten sobre él algunas de nuestras más importantes cabezas políticas actuales. Excesivamente bueno para Zamora. Hablamos del PP, que aún ha aportado algo, porque lo que es el PSOE, desde Carlos Romero, nada. ¡Y ya me dirán!.

Esto por lo que respecta a Madrid, que en Valladolid tal cual. Desde Demetrio Madrid, ni un triste consejero, viceconsejero, secretario o director general ha llevado el sello de la cantera política zamorana. ¿Sorprendente? No. Zamora es poco dada a ensalzar a los suyos, salvo cuando están lejos y no se espera que vuelvan. La política no deja de ser, de una u otra manera, espejo de la sociedad. Además, aquí los partidos ya no sienten mayor necesidad, parece, de ser elementos transformadores. El actual "statu quo" es inmejorable. Mientras, como en la mitología, Saturno devora a sus hijos.