Los jóvenes de entre 22 y 30 años con escasos ingresos y ganas de emanciparse pueden solicitar desde ayer una ayuda del Gobierno de 210 euros al mes para financiar el alquiler de vivienda. De manera que el primer pisito de solteros, si es de prestado, les saldrá más barato que hace dos días. Ocurre que lo que se van a ahorrar en la riña mensual con el casero se colará por las rendijas de los recibos de la luz, el teléfono y el gas natural. O la bombona del butano, que la subvención del Gobierno no da para un apartamento con vitrocerámica. Emanciparse es un verbo que sobrepasa el deseo, tan al uso, de resarcirse de la patria potestad. Por definición, emanciparse es liberarse de cualquier clase de subordinación o dependencia. Emancípense también los padres de los hijos cuarentones que viven a cama hecha y mesa puesta. O abóneles el Gobierno el sobregasto

de la jeta filial.