Mientras que el Congreso ha decidido hacer públicos, a través de su página web en internet, los suntuosos sueldos de los diputados, que no bajan del medio millón por mes de las antiguas pesetas -tres mil euros- y pueden llegar sin dificultad al doble y hasta más del triple, aparte de otras gabelas y sinecuras, en Zamora los políticos, sean del partido que sean, continúan, por lo que se ve, reacios a que se conozcan los ingresos que perciben por el oficio que vienen desarrollando.

Puede que sea porque no les gusta la ostentación, o porque prefieren no compararlos con los del resto de sus convecinos cuyos sueldos medios no llegan ni a los mil euros y cuyas pensiones medias apenas si alcanzan los quinientos, el caso es que no resulta nunca demasiado fácil saber lo que ganan, aunque gracias a la oposición, sea la que sea también, se va conociendo, lo cual es lo más lógico, natural y por supuesto democrático, ya que se trata de dinero público.

Así lo entiende el PP de Benavente, por ejemplo, que ha pedido al alcalde de la ciudad, el socialista Manuel García Guerra, que dé cuenta de las cantidades que lleva cobradas desde que ocupa el cargo, o sea tras ganar las elecciones municipales del 2003, pues argumenta, con razón, que es algo que todos los ciudadanos tienen derecho a conocer. Quieren saber lo que Guerra percibe al frente de la Alcaldía, y las dietas que cobra como presidente del Centro de Transportes y del Consejo de Administración del Parque Logístico, sociedad con mayoritario capital municipal, pues suponen que la suma de tales percepciones debe significar una cantidad superior a los 4.500 euros mensuales netos, unas 750.000 pesetas. Más incluso, por señalar, que un parlamentario nacional, algo que a los concejales populares de Benavente les parece, según dicen, una vergüenza sin parangón, ante la cual, y haciendo uso del humor de brocha gorda piden que sean los "inspectores" de IU en la provincia quienes investiguen lo que pasa en el Ayuntamiento benaventano, lo mismo que inspeccionan lo que sucede en el Ayuntamiento de la capital y en la Diputación.

Y coincidiendo con ello, la representación de la coalición izquierdista en la Corporación provincial denuncia ahora que el presidente de la institución, Fernando Martínez Maíllo, se niega a hacer públicos los sueldos de los diputados, el total de lo que reciben por todos los conceptos: salarios, dedicación exclusiva, dietas, y demás retribuciones. Pero aunque se han pedido estos datos, la Diputación los ha negado a la oposición, lo cual hace que desde IU se sospeche y se denuncie la existencia de unos dineros que se utilizan o pueden utilizarse como auténticos fondos reservados, sin justificación de los gastos. Al parecer, se han dado a conocer en una publicación del PP, pero eso no basta.

Porque las cuentas del erario público deben ser claras y transparentes para todos los ciudadanos. Los políticos, antes que a sus partidos, han de rendir cuentas a quienes les eligieron. Algo que ha de aplicarse tanto en el Ayuntamiento de Benavente como en la Diputación de Zamora.