Ayúdala, Señor!. Ayúdala a caminar. Ayúdala a mejorar. Ayúdala a salir de este nuevo bache. Ayúdala a romper el velo de tinieblas que envuelve su horizonte y ayúdala a vivir. Ayúdala porque es una mujer de fe, porque es una buena mujer. He querido utilizar la estrofa de una de las mejores canciones de Rocío Jurado, para que sirva de petición, para que sirva de súplica, para acercarme más a El, y pedírselo casi con la misma devoción que ella pone cuando interpreta esta canción con historia, con leyenda.

Rocío Jurado nos tiene a todos en vilo. Yo que aprecio a esta gran mujer y admiro a esta cantante única, de registros increíbles, he pasado el fin de semana sobrecogida y en algún momento esperando lo peor. Ciertos programas como "Ahora" y "Dónde estás corazón", no han hecho otra cosa que incrementar el morbo sobre el estado de salud de la chipionera más universal. Ha sido vergonzoso.

Antena 3, de la mano de una de sus voces "autorizadas", nos hizo temer lo peor. Ese chico metido a corresponsal, que se sienta junto a la Patiño y demás compañeros en el programa de la noche de los viernes, nos hizo creer que Rocío Jurado tenía las horas contadas. Aunque así hubiera sido, no se puede enviar a una persona tan pobre en recursos dialécticos para realizar una información basada en las especulaciones y las dudas. Si ese es el periodismo de presunta "investigación" que se realiza en España, que cierren las facultades del ramo.

Lo de menos ya, a estas alturas, es lo que diga esa gente que vive del pillaje verbal. Lo importante, sin lugar a dudas, es la salud de Rocío. Que es una salud débil, una salud quebradiza, ella misma así lo reconocía en la entrevista realizada por Jesús Quintero. No está del todo curada, pero está en ello. Además, Rocío es una mujer llena de fe, que hace de la fe uno de los pilares de su existencia junto al amor, y sabido es que la fe mueve montañas. Yo creo en los milagros. Y a pesar de lo delicado de la situación, estoy convencida de que va a salir de esta recaída. Sólo que debe tener mucho cuidado porque la salud enseguida pasa factura.

Para la familia de la cantante, la pasada ha debido ser una semana dura de narices. Sobre todo por el rumor que llegó a circular por tantas redacciones y que algunos estaban dispuestos a hacer noticia. Tendrán que esperar. Porque ni la Virgen de Regla de la que Rocío es su más ferviente devota, ni el Dios al que ella canta, que es un Dios misericordioso y compasivo, van a permitir un desenlace trágico precisamente ahora. Rocío volverá para presentar su disco recopilatorio y quién sabe si también a hacer algún bolo.

El domingo pasado participé en la misa del amor. Desde hace ocho años la siento y la vivo con especial unción. Hay cánticos, hay poemas, hay oraciones y hay amor, mucho amor. Pedí por Rocío y lo hice musitando bajito, para que sólo El me oyera, las pocas estrofas que conozco de su canción-oración. ¡Ayúdala, Señor, ayúdala a caminar! ¡Ayúdala, Señor a mejorar! Y haciendo acopio de fuerza para que mi pensamiento y mi deseo llegaran hasta la Anderson, pedí a Rocío una y mil veces, ¡lucha, lucha, lucha! Sé que me ha oído. He llamado al Maestro, he llamado a su Jose, sin acento en la "e", ahora que necesita más apoyo que nunca, para interesarme

de primera mano, pero no tiene el móvil operativo. Sin embargo, algo me dice que Rocío lucha, que Rocío no se va a dejar vencer. Amigos comunes así me lo han manifestado.

Orar y luchar, eso es lo que hace Rocío Jurado. Así y todo, Tú, ¡ayúdala, Señor!