Parece el cuento de nunca acabar, esto del tren de la Ruta de la Plata entre Salamanca y Zamora, la antigua línea Palazuelo-Astorga cerrada por los socialistas hace veinte años cuya reapertura fue primero una promesa sin cumplir del Gobierno de Aznar y ahora promesa electoral de Zapatero y del PSOE de Castilla y León sin muchas ganas de ser cumplida tampoco, por lo que parece.

Naturalmente, los del PP provincial y regional no dejan de recordarles el cumplimiento pendiente, asunto que ellos -la Junta- descartaron en su día por falta de rentabilidad pese a ser un servicio público, que según estudios recientes podría atender las necesidades de 600.000 viajeros y que sobre todo a municipios como el de Benavente le supondrían una importante inyección de vitalidad y posibilidades de un mayor desarrollo. Y los del PSOE, mientras, dan largas al proyecto, limitándose a señalar una y otra vez que el reabrir la línea férrea es algo que va incluido en el Plan del Oeste, del que por Zamora no se quiere oír hablar porque nada deja en la provincia.

Así estaban las cosas cuando desde la vecina Salamanca se ha sabido que el Gobierno de Zapatero opta de forma prioritaria por poner en marcha los tramos hacia el sur, hacia Plasencia o sea, descartando por ahora al menos el enlace con Zamora. Así lo ha confirmado el subdelegado gubernamental en la ciudad charra quien ha explicado que existe ya una partida presupuestaria para el estudio de viabilidad en el tramo citado, por considerar que es mejor abrir el tren hacia el sur ya que el tramo siguiente entre Plasencia y Sevilla ya está hecho, aunque ello no implicaría que en el futuro el trazado no se alargue hacia el norte, hacia Zamora y Benavente. Por su parte, el diputado del PSOE por la provincia zamorana, Jesús Cuadrado, ha sido rotundo al manifestar que el estudio de viabilidad de la línea de la Ruta de la Plata aún no ha comenzado a elaborarse.

Alguien no se entera o no se aclara, porque las declaraciones de ambos dirigentes socialistas no pueden ser más distintas y contradictorias, arrimando el ascua cada cual a su provincia. Pero sorprende que en Salamanca digan oficialmente algo así si no estuvieran seguros de lo que afirman, por lo que se queda a expensas de las explicaciones oportunas a ver si es que explican algo. La verdad es que resulta difícil ser optimista al respecto dada la índole del tema y dado el trato que Zamora suele recibir la mayoría de las veces por parte de las Administraciones que consideran a la provincia como un plato de segunda mesa, digan lo que digan tanto desde el Gobierno central como desde la Junta.

Aquí, una vez más, volverán las protestas y las promesas y todo seguirá igual, poco más o menos como siempre. La impresión que en general se tiene es que va a tardar muchos años en reabrirse ese ferrocarril y eso suponiendo que se reabra alguna vez, al menos a su paso por Zamora. El PP en su día no se quiso comprometer con el proyecto y el PSOE se ha encontrado con una promesa electoral que tiene que cumplir, ellos que dicen que siempre cumplen. Y sin marginar de nuevo a Zamora, que ya está bien.