El barcelonés Jordi Xammar y el vigués Nicolás Rodríguez, que lograron este miércoles el bronce en el 470 masculino en Tokio 2020 tras quedar quintos en la 'Medal Race' (regatas por las medallas), se mostraron "felices" por cumplir "un sueño" para el que han trabajado en los últimos cinco años, desde que concluyeron los Juegos de Río 2016.

Xammar, de 27 años y que en Río fue duodécimo en esta clase con el también barcelonés Joan Herp como tripulante, ahora con Nico Rodríguez, de 30 años y debutante en unos Juegos, se colgaron el bronce.

El barcelonés, a la conclusión de la Medal Race, quiso agradecer "a todo el mundo que ha ayudado a llegar hasta aquí tras un camino muy largo", y destacó que están "muy felices" por lograr esta medalla y "dar una alegría" a España, por lo que añadió que ahora queda "disfrutar con todo esto".

Nico Rodríguez, por su parte, también agradeció "a todo el equipo español por la oportunidad" que le dieron para estar en Tokio 2020, al desvelar que "hace cinco años empezaba otra aventura camino de Holanda" para centrase profesionalmente en sus estudios de odontología.

El vigués añadió al respecto que recibió "una llamada" para unirse a este proyecto olímpico y que si no la hubiera recibido no "hubiera cumplido este sueño".

"Me sabe a gloria"

"La medalla me sabe a gloria, al trabajo bien hecho. Al final se ha sufrido pero los sueños se hacen realidad", resaltó Nico Rodríguez, que añadió que "la vida son trenes" y él se subió "a uno que la gente podía decir que estaba loco".

El gallego también reconoció que el martes, después de que se escaparan medallas en varias clases de equipo olímpico español, sintió "una sensación agridulce".

"Teníamos una esperanza ciegan en nuestros compañeros. Es una pena porque se lo merecían igual que nosotros. Sabíamos que esto podía pasa, porque hay tres ganadores y el resto son vencidos como el que dice", subrayó Rodríguez, que ahora tiene "ganas de volver a casa y disfrutarlo".