El subcampeón olímpico de piragüismo en la modalidad K-1 200 metros, Saúl Craviotto, declaró este sábado que la plata obtenida en los Juegos de Londres "puede ser la culminación" de su carrera, puesto que, aunque en Pekín había ganado el oro, aquella presea era en K2, mientras que con la de este 2012 puede "demostrar la valía a nivel individual".

En declaraciones a los medios tras quedar a 294 milésimas del primer escalón del podio, Craviotto reconoció que una vez recibió el metal se encontraba "más contento que antes, recién llegado" a la línea de meta. "Una plata te sabe a poco, el segundo y el cuarto puesto quizás sean los peores, porque estás cerca de llegar a tu objetivo, pero ahora lo he asimilado mucho más y una plata es un resultado increíble", declaró.

La clave para no llegar al oro habría estado, según explicó, en la salida. "No salí como esperaba, fallé un poco, salí un 'pelín' despistado, pero luego le he dado bastante 'caña' por la mitad y he conseguido meterme en carrera", hasta rubricar con medalla el éxito del piragüismo español, que logró meter en la final a todos los deportistas que concurrieron a estas Olimpiadas. "Lo hemos hecho muy bien, todo el equipo ha sido finalista y tenemos que estar muy orgullosos", declaró.

Los de Londres para él eran los segundos Juegos, tras su estreno dorado en Pekín, de donde salió campeón en K-2 500 metros junto a Carlos Pérez Rial 'Perucho', una presencia que se mantuvo constante en esta participación en solitario. "Le he echado mucho de menos, tanto hoy como los días previos a la competición", confesó, si bien esta jornada, tras lograr la segunda plaza, tuvo oportunidad de hablar con él. "Nada más llegar, ya me lo han puesto al teléfono, y la verdad es que estaba muy emocionado, muy feliz, me ha dicho que ha llorado y todo en casa".

Las sensaciones respecto a hace cuatro años han cambiado, al igual que la percepción de las dos medallas, independientemente de su composición. "Las dos son completamente diferentes, es una sensación distinta, ésta es puede ser la culminación de mi carrera, porque es individual, por lo que demuestro mi valía a nivel individual y eso es muy especial". "Pero la de Pekín es muy especial también", apostilló.

La carrera más importante.

Y es que el subcampeón destacó que la intensidad de cada carrera marca la percepción de la misma. "En la salida se te pasa todo por la cabeza, en ese momento tienes una tensión psicológica increíble, te estás jugando el trabajo de cuatro años, incluso yo diría de toda mi vida, porque yo tengo 27 años, llego con la mejor edad en cuanto a madurez y fortaleza física y ésta era la carrera más importante de mi vida, porque a Río de Janeiro no sé cómo voy a llegar, o qué voy a hacer", afirmó.

En consecuencia, era consciente de que la de este sábado "era una oportunidad que no podía desechar, y en ese momento, en los minutos antes de salir, el corazón va a tope, con mucha tensión y es muy importante estar concentrado ahí". Experiencia no le faltaba, puesto que su camino a Londres ha estado sembrado de paralelismos con la ruta que lo llevó a China, ahora, como entonces, se jugaba la final en su segunda carrera en la especialidad.

Su bautismo de fuego en K-1 200 metros había sido hace dos meses en Polonia. "También quedé segundo, pasó algo parecido en Pekín, en el K-2 de 'Perucho' y mío, que era nuestra segunda carrera". La propia clasificación para estas Olimpiadas supuso un proceso similar al de hace cuatro años: "Se ha repetido exactamente la misma historia, en la K2 también tuvimos que clasificarnos para los Juegos dos meses antes, así que ha sido un poco angustioso, pero creo que eso me ha hecho entrenar más y sacar ese plus que se ha visto hoy".

No obstante, este sábado, durante los poco más de 35 segundos que duró la prueba, Craviotto ignoraba cuál sería el desenlace. "Durante la carrera tienes que ir mirando hacia adelante, no puedes mirar a los lados, porque pierdes el equilibrio, así que he ido a hacer mi carrera. Por el rabillo del ojo he visto que más o menos iba metido en carrera, pero no controlaba las calles, de la cinco para la ocho, no las controlaba, no controlaba si había medalla, si iba quinto... no tenía ni idea", aseguró.

Futuro abierto.

Con la plata ya colgando de su cuello, el leridano reconoció que desconoce cuáles serán sus competiciones en el futuro. "Ahora no sé ni qué me planteo para la siguiente temporada, así que de momento, lo primero que tengo en la cabeza es irme de vacaciones, desconectar, no coger una pala en mes y medio y después ya veremos", dijo.

En consecuencia, prefirió no posicionarse acerca de sus perspectivas para los próximos Juegos. "Río está bastante lejos, la verdad es que ahora no estoy pensando en Río, estoy pensando en descansar, desconectar del ciclo olímpico y ya veremos", declaró. Aún así, abrió la puerta a retomar su sociedad con 'Perucho'. "Si la cosa funciona y tenemos opciones, pues por supuesto que sí", manifestó.

Y es que la exigencia física de la modalidad que hoy le dio la plata lo obligó a una transformación integral para adaptar su condición a las necesidades de la prueba: "El cambio ha sido que la distancia con la que gané el oro en Pekín eran 500 metros, que dura minuto y medio, y ésta de 200 metros dura 35 segundos, osea, que es totalmente explosiva y tienes que aplicar más fuerza".

"Y para eso he tenido que ganar músculo, hacer más sesiones de gimnasio y subir hasta diez kilos de masa muscular", explicó acerca de una labor que lo obligó también a cambiar la alimentación, reduciendo la ingesta de carbohidratos y aumentando la de proteínas, en un trabajo de cuatro años. "No se consigue en poco tiempo", subrayó, si bien añadió con ironía que su peso actual podría ser menor, "unos seis o siete kilos, de los nervios de estos días".

Particularidades.

No en vano, la modalidad de 200 metros que se ha impuesto por primera vez en estos Juegos tiene particularidades que hacían que, a pesar de tener la experiencia del oro en Pekín, acudiese a Londres "convencido del buen estado de forma", pero "no confiado". "Tuve la experiencia de hace dos meses de la Copa del Mundo, quedé segundo, muy cerca del que ganó hoy, así que sabía que estaba ahí adelante, que iba a estar entre los cinco y los seis primeros, pero en 200, cualquier fallo te hace pasar de primero, segundo, a quinto, o sexto", advirtió.

Lo mejor para este policía nacional de profesión, sin embargo, no es la medalla, sino la satisfacción que su triunfo ha creado para los suyos, especialmente su progenitor, el responsable de su pasión por el piragüismo: "Vi a mis padres al salir del podio y es un momento increíble, ver que tu familia está orgullosa de ti, ver a tu madre llorar, a tu padre con la cara desencajada, eso es muchísimo mejor que la medalla y que cualquier cosa".

Además, Craviotto tuvo un último reconocimiento. "Tengo que agradecer mucho al Cuerpo Nacional de Policía, porque te dan muchísimas facilidades, te ayudan para el día a día, en cuanto a horarios, si te viene bien entrenar de tarde te ponen el turno de mañana". "Y para los Juegos me han liberado un tiempo, porque si no, sería imposible preparar unos Juegos", reconoció.

Con Lleida, provincia de la que es natural, como destino definitivo, tras su paso por Gijón, el piragüista se desplazó de nuevo a Asturias para preparar los Juegos durante los dos meses de paréntesis en una profesión que le da seguridad para el futuro. "Tener un trabajo asegurado cuando acabes tu carrera deportiva te da una estabilidad psicológica y eso te ayuda a entrenar día a día", concluyó.

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