La selección española de balonmano se aferra a los últimos precedentes para afrontar un durísimo encuentro de cuartos de final en el que tratará de sumar un triunfo sobre el gigante francés, que permitiría a España alcanzar por cuarta vez en su historia las semifinales en unos Juegos Olímpicos. (TDP 15:30 horas)

Y es que pese a la derrota (31-24) encajada ante los galos hace menos de un mes en un encuentro de preparación disputado en Estrasburgo, el conjunto español no ha perdido con Francia en competición oficial desde la llegada al banquillo de Valero Rivera.

Dos empates, en el Europeo de Austria 2010 y el Mundial de Suecia 2011, y una victoria (29-26) en el Campeonato de Europa disputado hace siete meses en Serbia, que sustentan el optimismo del equipo español.

Máxime ante el irregular papel del conjunto galo en estos Juegos, en los que los de Claude Onesta recuerdan más a la gris selección que no pudo superar la segunda fase del Europeo de Serbia, que al intratable equipo que en los cuatro últimos años ha sido capaz de encadenar el título olímpico, mundial y continental.

No obstante, la selección francesa sigue contando en su filas con figuras capaces por si solas de ganar cualquier partido como el central Nikola Karabatic o el portero Thierry Omeyer, que ya fue decisivo en el triunfo del equipo galo en la final del torneo de Estrasburgo.

Una constelación de estrellas a las que se unirá el lateral William Accambray, que sustituirá ante España al lesionado Guillaume Joli, lo que dotará de más munición si cabe a una temible primera línea en la que figuran cañoneros de la talla de Jerome Fernández o Daniel Narcisse.

Circunstancia que otorgará todavía más relevancia al trabajo defensivo del conjunto español, hasta ahora el mejor arma de los de Valero Rivera en la competición, que deberá superar los problemas de repliegue que evidenció ante Croacia.

Regreso de Sterbik

Una defensa en la que volverá a jugar un papel protagonista el portero Arpad Sterbik, que tras superar las molestias que le impidieron jugar ante Dinamarca, volvió a demostrar el lunes ante Croacia el excelente momento de forma por el que atraviesa.

Igualmente importante se antoja el concurso del central Daniel Sarmiento, que será duda hasta última hora a causa de la lesión de grado I que sufrió ante Hungría y que ya le impidió jugar el choque con los croatas.

Una selección croata, hasta ahora la más sólida del torneo, que a priori no debería tener ningún problema para derrotar en los cuartos de final a Túnez, que con su clasificación para los cuartos de final parece haber cubierto ya todos sus objetivos en Londres.

Todo lo contrario que Croacia, que tras la exhibición de juego que ha protagonizado, sólo parece conformarse con la medalla de oro, que la selección balcánica ya logró en Atlanta en 1996 y en Atenas en 2004.

Por su parte, Dinamarca, la vigente campeona de Europa, tratará de despejar las dudas que dejó, tras la contundente derrota (32-21) que sufrió ante Croacia, con un triunfo sobre Suecia, que permitiría a los daneses volver a disputar unas semifinales olímpicas, veintiocho años después de lograr la cuarta plaza en Los Ángeles 1984.

Semifinales que ya vivió el técnico danés, que de la mano de los Mikkel Hansen, Niklas Landin o Michael Knudsen, aspira a convertirse en Londres en el primer seleccionador en ganar el oro tanto en hombres como en mujeres, tras lograr el título olímpico con el equipo femenina en Atlanta 1996.

Una medalla que no hace tanto tiempo que se le resiste a Islandia, plata en Pekín, que tratará de sumar mañana su sexto triunfo consecutivo en la capital británica ante una Hungría, que confía en el excelente momento de forma del lateral Tamas Mocsai para alcanzar unas semifinales que se le resisten desde Atenas 2004.