Por la ventana del despacho que fuera de José Luis Jordán Peña se cuela una luz muy tenue que apenas da para vislumbrar la sala. Es una estancia pequeña y alargada armada de estanterías de madera hasta el techo, con cientos de libros, aparatos técnicos de parapsicología y una máquina antigua de escribir. Un potente foco adaptable proyecta una luz intensa sobre el escritorio, el mismo donde este ingeniero técnico experto en parapsicología siguió alimentando desde el Parque de las Avenidas madrileño, desde los años 70 hasta su muerte en 2014, el mayor fenómeno ufológico de nuestro país y uno de los más conocidos del mundo: los extraterrestres del planeta Ummo.

Unos supuestos avistamientos de ovnis en Aluche y San José de Valderas ocurridos a partir del año 1966, a los que la prensa -El Caso o el Diario Informaciones- dio verosimilitud entrevistando a supuestos testigos, fueron el arranque mediático de un suceso que medio siglo después sigue manteniendo muchas incógnitas por resolver y cuya explotación legítima podría tener que dirimirse en los tribunales. La serie documental que pretende estrenar el próximo noviembre Movistar acerca del fenómeno ha azuzado la batalla legal por los derechos de propiedad intelectual del autor, que corresponderían, como legítimos herederos, a sus dos hijos: Maite y José Luis Jordán Moreno.

Un momento de la serie documental de Ummo que se emitirá en Movistar en noviembre. Movistar

La primera, psicóloga de profesión, ha colaborado en la elaboración de los tres capítulos de la serie, mientras su hermano, también psicólogo, pidió poder participar en las producciones para defender “el legado y el honor” de su padre y de su obra, algo que le fue negado, según denuncia. “La serie cuenta solo una versión de la historia, porque han vetado por contrato versiones de refutación como la mía. Conforme a la nota de prensa que Movistar ha emitido sobre la serie parecen hacer un juicio sumarísimo injustificado desde la más profunda subjetividad sin tener la propiedad intelectual”, explica José Luis Jordán Moreno en la que fue la casa de sus padres. En el amplio salón con suelo de moqueta azul donde ahora denuncia la campaña de “difamación” que ha sufrido su padre "desde el año 1988" se llegaron incluso a grabar algunas emisiones de ‘Más Allá’, el exitoso programa de misterio y ciencias ocultas presentado por Fernando Jiménez del Oso.

Autor de numerosos libros y artículos sobre parapsicología y esoterismo y vicepresidente de la Sociedad Española de Parapsicología, su padre, Jordán Peña, experto ufólogo, era un habitual de revistas y programas de televisión durante el franquismo y los primeros años de la democracia. Fue, además, uno de los participantes de una curiosa tertulia que se montaba en el sótano del antiguo café Lyon, llamada la Ballena Alegre, a pocos metros de la Plaza de Cibeles, con amantes de lo oculto. La lideraba Fernando Sesma, portavoz de la Asociación de Amigos de los Visitantes del Espacio. Uno de sus lemas era “Creerlo todo hasta que no se demuestra lo contrario”.

La supuesta fotografía de uno de los avistamientos que hubo en Madrid en los 60 y que llegó a ser publicada.

Precisamente a algunos de los integrantes de este grupo, creado en la década de los 50, les empezaron a llegar cartas de una supuesta civilización extraterrestre que habitaba un planeta llamado Ummo, “a 14 años luz de la Tierra”. En esas misivas, que eran personalizadas y de distribución limitada -a veces iban solo a un destinatario, otras a dos, tres o más-, los llamados ummitas explicaban su ciencia, su cultura, su lenguaje, su alfabeto, su política -”eran una democracia; mi padre ya hablaba de política de forma avanzada”, recuerda el hijo del autor del fenómeno- y enviaban, entre otras cosas, supuestas patentes de inventos tecnológicos que no estarían todavía desarrollados en la Tierra.

“Es difícil establecer en unos cortos párrafos las diferencias esenciales entre nuestra Civilización y la de ustedes, puesto que si bien nuestro grado de formación científica y tecnológica es mucho más avanzada, reconocemos que en ciertas formas de Arte (pintura, escultura especialmente música) han sido cultivados por ustedes a un nivel superior”, reza la primera de cerca de las mil cartas enviadas, todas ellas recopiladas en la web informativa y “fidedigna” creada por su hijo y Gema Lozano, ummoinforma.com, en base a la compilación con fines no comerciales que desarrolló Juan M. Aguirre Ceberio.

Las cartas mecanografiadas, explicaban los ummitas, habían sido tecleadas por un humano, emisario de su mensaje, cuya identidad estuvo oculta hasta el año 93, cuando Jordán Peña, que fue uno de los testigos de los supuestos avistamientos y que siempre había jugado al despiste sobre el tema, reconoció ser el inventor del fenómeno. Según su hijo, porque “fue presionado para que dijera quien estaba detrás de Ummo y yo tengo pruebas que lo demuestran”.

José Luis Jordán Peña, en una intervención en un programa sobre ovnis en RTVE en 1982.

Anda apesadumbrado José Luis estos días ante la exposición pública de su familia. Los amigos de este psicólogo que ahora es empresario y consultor de café de especialidad saben del recelo que siempre tuvo hacia los trasuntos de su padre, pasando de puntillas por el tema, sabedor de su trascendencia. “Yo no quería, he estado toda la vida en silencio; me han intentado presionar durante años para obtener información y yo siempre me he negado... pero ahora me han obligado a hablar. La verdad solo la tengo yo”, razona.

El pasado fin de semana, durante el estreno del primer capítulo de la serie documental de Ummo en el Festival de Cine Fantástico de Sitges, José Luis saltó de su asiento indignado al ver fotografías de su madre y de él mismo cuando era pequeño. “Usurpadores, Ummo existe”, gritó al finalizar la proyección, al igual que su mujer, antes de que les invitaran a abandonar la sala.

A la salida, empezó a repartir un comunicado a algunos asistentes donde desgranaba su historia: "Me encuentro con el desamparo de que una productora, supuestamente avalada por Telefónica, sin incurrir intereses informativos reales o derechos para ello, porque yo como coheredero no los habría cedido, pudieran afectar mis derechos y la memoria de mi padre e incluso la reputación de una obra que algo de positiva habrá tenido por propiedad intelectual al menos".

La trascendencia del fenómeno iniciado por Jordán Peña es innegable. Sobre él se han escrito cientos de libros, artículos y webs que han sido traducidos hasta en japonés o rumano, y que contó -y sigue haciéndolo- con muchísimos seguidores que le dieron verosimilitud. Los presuntos avistamientos y hechos relacionados con estos seres ummitas, se extendieron por medio mundo, con especial relevancia en países de Latinoamérica o Francia. Hoy en día existen perfiles de Twitter donde supuestos ummitas siguen divulgando sus conocimientos. Se venden incluso muñecos ummitas en portales frikis de Internet con el logo que se inventó Jordán Peña, con dos símbolos de paréntesis invertidos.

Elementos originales usados por José Luis Jordán Peña para la creación del sello del planeta Ummo. Alba Vigaray

Mira, este es uno de los troqueles que usaba mi padre para las cartas”, enseña su hijo en el despacho de su padre un taco de madera con el logo marcado, un objeto que es de facto uno de los grandes tesoros del misterio patrio. Precisamente el uso de ese logo, que estaba serigrafiado en las supuestas fotografías tomadas durante el avistamiento de una nave, fue usado en los años 70 por la secta Edelweiss que desarrolló el nazi y pedófilo Eddi González con la apariencia de un club de montaña.

Según José Luis, hubo algunos autores del mundo de lo oculto que hicieron analogías de esta secta con su padre para desacreditarle, cuando que no tiene nada que ver, una práctica que cree que Movistar va a repetir en su serie, “como ya apuntan en la nota de prensa”.

En el tablero de la batalla legal que se avecina están los derechos morales y patrimoniales del autor. “Los derechos morales son dos, el reconocimiento de autoría, algo que no está haciendo Telefónica, y el derecho a la integridad de la obra. Si tú desvirtúas la obra o la perjudicas, también es una infracción del derecho moral. Y el patrimonial es usar la obra sin permiso”, precisa su abogada. “Él solo quiere principalmente que se reconozca la obra y autoría de su padre”.

“Telefónica ya ha sido comunicada por e-mail y burofax que no tiene todos los derechos sobre el propio nombre de Ummo que encabeza la serie. Cuando pone ‘Ummo, una España alienígena’, debería poner una © sobre Ummo de derechos de autor y el nombre de José Luis Jordán Peña”. El pasado 3 de agosto, Movistar, según denuncia José Luis, fue más allá e hizo una solicitud de registro de la marca Ummo para explotarla comercialmente. De acuerdo al hijo de su creador, esto es algo que no tendrían ningún derecho a hacer y podría derivar en que se les demande. 

Un momento de la serie documental de Ummo de Movistar.

Fuentes de la productora Lacima , encargada de la elaboración de la serie, se defienden asegurando que ellos han hecho “una serie documental”. “Entendemos que todo lo que hacemos corresponde a derecho, una serie con una perspectiva y contando los hechos desde un lugar”, explica Luis Ferrón, coproductor. Una portavoz de Movistar, por su parte, argumenta que Ummo “no está basada en ninguna obra con derechos de propiedad intelectual”. Lo cierto es que Jordán Peña, que murió en 2014, nunca registró la marca. “Aunque no esté registrado, sigue siendo un derecho en vigor”, tercia su hijo, que recuerda que las cartas fueron difundidas de forma limitada y publicadas en Internet sin su autorización. 

“Mi padre eligió a un grupo de personas cultas que estaban abiertas a entender o creer en la vida extraterrestre. Cuando escribió las cartas, de 1966 hasta por lo menos 2006, no quiso que se explotaran comercialmente”, añade.

Sobre la polémica también pesa el enfrentamiento de los hermanos sobre el legado de su padre. En ese sentido José Luis asegura que la serie pretende usar a “reputados periodistas” como Rosa María Mateo, Juan Ramón Lucas o Andrés Aberasturi para “realizar un supuesto estudio sociológico que se ha quedado en propaganda barata para el lucimiento propio poniendo en duda que mis padres fueras buenos padres”. “Maite se ha convertido en la cabecilla de los ‘haters’ de mi padre con una serie casposa y trasnochada que contraviene el espíritu tolerante, democrático, progresista y respetuoso que informa toda la obra de Ummo en la que trata a los españoles de incultos”, sostiene el hijo de creador de Ummo.

En contacto con este periódico, Maite, la otra heredera, asegura que al no haber visto la serie no tiene “criterio” todavía para juzgarla. “No podemos criticarla porque no la hemos visto; hablar sin hacerlo sería una opinión infundada, es inadecuado”, afirmada la también psicóloga, que protagonizó una separata muy crítica con su padre en uno de los últimos libros escritos sobre el fenómeno, Ummo. Lo increíble es la verdad, del periodista y escritor Eduardo Bravo.

Detalle de la solapa del pin de Ummo en un pin de la americana usada por José Luis Jordán Peña Moreno. Alba Vigaray

“Yo he contado mi historia, que es la mía y tengo todo el derecho y toda la propiedad para hacerlo”, asevera Maite, que se considera una “víctima” de su padre. La también heredera del ufólogo añade que la actitud de su hermano es incoherente, porque por un lado asegura que Ummo existe “y por otro quiere registrar la creación del planeta”.