Lucía Dominguín ha visitado este viernes el plató del 'Deluxe' para relatar uno de los episodios más dolorosos de su vida: el secuestro de sus hijos, Bimba y Olfo Bosé, por parte de su exmarido, Alessandro Salvatore. Después de poner fin a su relación llegaron a un acuerdo sobre los niños, que por aquel entonces tenían 11 y 6 años respectivamente. "Decidimos que las vacaciones de verano las pasaran con él en Estados Unidos, y las Navidades y el resto del año conmigo", ha recordado la hermana de Miguel Bosé. 

"En uno de esos viajes, llegó la fecha en la que tenían que volver y no me habían llamado", ha relatado Lucía, que unos días después recibió una llamada de su suegra: "Me dijo que no los iba a volver a ver". "Cuando lo digo se me corta la voz, porque fue muy fuerte", ha reconocido la invitada. 

Lucía no ha olvidado las palabras que le dijo la madre de su exmarido aquel día: "Me dijo que se quedaban con su padre y que me olvidara de ellos. No me dio ninguna explicación". En ese momento, la hija de Lucía Bosé y Miguel Dominguín estuvo a punto de acabar con su vida: "Cogí el coche que tenía y quería estamparme. Se me habían caído los pilares de mi vida. Estuve a un centímetro de quitarme la vida". "A mitad de camino me entró un ataque de risa y pensé que era idiota, que tenía que luchar por mis hijos. Se lo conté a mi padre dos días después, tenía que digerirlo", ha explicado. 

Después de interponer una denuncia, viajó hasta allí con el objetivo de poder reencontrarse con sus hijos más de un año después: "Había que presentar una denuncia para que no se pudieran mover". Unos meses después, el calvario terminó y pudo volver a verles en el hotel en el que se hospedaba: "Estaban muy distantes". "Había frialdad. Me dieron un beso normal y corriente", ha recordado.