El Departamento de Justicia de EE.UU. desveló hoy una red de sobornos millonarios de familias adineradas, entre las que figuran las actrices Felicity Huffman y Lori Loughlin, para facilitar el acceso de sus hijos a prestigiosas universidades como Yale, Georgetown o Stanford.

"Se trata del mayor fraude de admisión universitaria nunca perseguido por el Departamento de Justicia", aseguró el fiscal general de Massachusetts, Andrew Lelling, en una rueda de prensa en Boston. El fiscal señaló que se han presentado cargos formales contra medio centenar de personas, incluidas responsables de las universidades, supervisores de exámenes, padres y entrenadores.

"Desde comienzos de 2011, y de manera continuada hasta el presente, los acusados - principalmente individuos cuyos hijos estaban aplicando para entrar en la universidad - conspiraron con otros para usar sobornos u otras formas de fraude para facilitar la admisión de sus hijos a universidades", indicó el texto de acusación.

Lelling señaló que los estudiantes no eran conscientes de que habían accedido a las universidades como resultado de los sobornos pagados por sus progenitores. "Estos padres representan un catálogo de riqueza y privilegio. Incluyen por ejemplo consejeros delegados de empresas públicas y privadas, exitosos inversores financieros e inmobiliarios, dos actrices muy conocidas y un famoso diseñador de moda", agregó.

Algunas de las universidades mencionadas en el documento judicial son Yale, Georgetown, Stanford y la Universidad de California del Sur, entre otras.

En total, los acusados pagaron un total de 25 millones de dólares.

En el caso de la actriz Lori Loughlin, conocida por su participación en la serie de televisión "Full House", y su marido el diseñador de moda Mossimo Giannulli, aceptaron pagar sobornos de 500.000 dólares a cambio de que sus dos hijas fuesen aceptadas en el equipo de remo de la Universidad del Sur de California, pese al hecho de que no practicaban ese deporte, y así facilitar su admisión.

Otros padres pagaron para presentar examenes falseados de sus hijos y obtener así calificaciones más altas con el objetivo de ingresar en estos centros educativos, algunos de los más prestigiosos del país.