Más allá de la gomina y la ropa de marca, el actor catalán Daniel Grao se ha metido en la piel de Mario Conde desde la "mirada de serpiente" y gesto relajado que caracterizaron al triunfador abogado del Estado que acabó pagando 15 años de cárcel por su etapa de banquero, a quien Telecinco dedica una miniserie.

"Mario Conde, los días de gloria" es el título de este "thriller político-financiero", en palabras de Grao, que se estrena mañana y que se basa en el libro homónimo del exbanquero, donde cuenta su fulgurante ascenso empresarial junto a su amigo Juan Abelló hasta la cúpula de Banesto.

En 2002, Conde fue condenado a 20 años de cárcel acusado de estafa, apropiación indebida y falsedad documental en la gestión de Banesto.

Grao (Barcelona, 1976) explica en una entrevista con Efe que en su recreación del empresario gallego, el director de los dos capítulos de los que consta la serie, Salvador Calvo, quiso huir de "la imitación".

Por eso trabajó su personaje desde el lenguaje corporal, "con una tensión física centrada en su espalda y sus cervicales, pero sobre todo en su mirada de serpiente y sus manos relajadas".

La producción se localiza en la antigua sede de Banesto, en la calle Alcalá de Madrid, cuya presidencia ocupó Conde entre 1987 y 1993, y su antigua casa, y ha contado con el asesoramiento de la secretaria personal del empresario desde hace 20 años, Paloma Aliende, que ayudó a Grao a fijar algunos detalles de su personaje.

"Se rasca compulsivamente una de sus cejas con el índice en los momentos en que se juega algo, como cuando el Rey accede a firmar para que sea su banquero personal", explica el actor sobre la escena que ejemplifica la llegada al "olimpo" de un joven de origen humilde al invertir en Banesto los 450 millones de dólares que ganó junto a Abelló con la venta de Antibióticos S.A.

Las entrevistas de la época y sobre todo las "valiosas reflexiones" de Mario Conde en su libro han servido para completar el trabajo del actor, quien destaca sobre todo de su personalidad la "rapidez mental" que le hace "adelantarse rápidamente" a su interlocutor.

Grao solo ha hablado una vez con Conde: "Me llamó para decirme que había ganado en el aspecto físico, se mostró divertido y vehemente y reconoció que las secuencias están contadas tal y como las vivió".

El exbanquero ha prestado a la producción numerosos efectos personales, entre ellos su prenda fetiche: una corbata con motivos de elefantes con la trompa hacia arriba, que simbolizan la buena suerte.

La serie llega en un momento "lamentablemente ideal" por la actualidad, con banqueros "entrando y saliendo de la cárcel", apunta Grao que recuerda que Conde "estuvo 15 años en prisión, que se dice pronto".

El intérprete no cree que la ficción sirva para lavar su imagen en unos momentos "en los que unos cuantos banqueros deberían estar encarcelados" y en los que el expresidente de Banesto se ha convertido en tertuliano televisivo.

Añade que el propio Conde "ha asumido sus errores en la dirección del banco", y recuerda que sus acusaciones al gobierno de Felipe González, que dio luz verde a la intervención de Banesto, y otros poderes fácticos de la época, no han sido rebatidas.

"Se salpica hacia todas direcciones y no queda títere con cabeza", apunta el actor sobre unas tramas contadas "con la estética del cine negro" y en las que aparecen Juan Abelló (Francesc Orella); el entonces gobernador del Banco de España, Mariano Rubio (Pedro Casablanc); el ministro de Economía, Carlos Solchaga (Manolo Solo); Felipe González (José Chaves) y Jose María Aznar (Jaime G. Arija).

Un entorno político-financiero, dice, que acabó "ensañándose" con quien al fin y al cabo era un "outsider" en ambos mundos y que muchos vieron como "una amenaza".

Grao, que por su edad se había quedado "solo" con la imagen de "ladrón" de Conde, cree que la serie servirá también para dar a conocer a la audiencia de su generación la gestación de la "cultura del pelotazo" en los años 80 y 90 y "los entresijos que vinculan la política con la banca".