Las ciudades son mucho más de lo que muestran los mapas. Las habituales guías de turismo suelen exponer los monumentos y enclaves imprescindibles que ver durante nuestra corta estancia en una ciudad, como las joyas de visita obligatoria en Zamora, pero en ocasiones no recogen otros rincones más conocidos por los lugareños que bien merecen una parada. A continuación, repasamos algunos de esos lugares "escondidos" de Zamora:

1.Una terraza sobre el Duero

En la ciudad existen numerosos bares y restaurantes fantásticos donde tomar algo y degustar las famosas tapas y pinchos de Zamora. Sin embargo, algunos de ellos están ubicados en lugares privilegiados junto al río Duero, como es el caso del restaurante Las Aceñas o el merendero de Los Pelambres. Ambos están situados al otro lado del río, en la margen izquierda del Duero. El merendero permanece abierto durante los meses de verano aprovechando las altas temperaturas del periodo estival y la presencia de bañistas en la playa fluvial.

Por su parte, el restaurante Las Aceñas ubicado en el barrio de Pinilla abre sus puertas durante todo el año. Una condición que permite disfrutar de sus instalaciones los 365 días del año. El restaurante se erige sobre un conjunto de molinos, aún conservados, en los que antaño se molturaba la harina gracias a la fuerza del agua. Ahora, son muchos los zamoranos y turistas que se acercan a comer y cenar a sus salones pero también a tomar algo en su envidiable terraza, donde disfrutar de la buena compañía y el rumor del agua, literalmente a tus pies.

Antigua barca que se puede ver en las Aceñas de Pinilla.

2.Un patio de reyes

El antiguo Palacio de los Condes de Alba y Aliste siempre aparece en las guías turísticas. Cientos de visitantes pasan a diario por su entrada, en la céntrica plaza de Viriato, para la mayoría no accede a su interior. Y hay que entrar. El edificio es desde 1968 el Parador de Zamora y constituye uno de los pocos ejemplos de palacio renacentista y en su interior esconde un patio de gran belleza, con una aplaudida mezcla de estilos y dos galerías donde actualmente se desarrollan banquetes de boda y otros eventos.

Una actuación de magia en el patio interior del Parador de Zamora en una imagen de archivo.

3.Un bosque encantado

El parque de San Martín, uno de los pulmones de la ciudad, también goza de una posición céntrica y un amplio espacio ajardinado donde cobijarse bajo la sombra de los árboles. Además, cuenta con un parque infantil y varias esculturas 'Equilibrio horizontal' de Coomonte (Premio Castilla y León de las Artes 2020), el Sillón de la Reina o la Fuente de los Remedios. Y por si fuera poco, al anochecer se transforma en un "bosque encantado". Desde 2016, las farolas del parque de San Martín irradian luces de colores gracias a la intervención de un artista que crean en la zona una atmósfera especial, tanto es así que la intervención recibe el apodo de "bosque encantado".

Y para ti, ¿qué otros "rincones escondidos" posee Zamora?

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