Más allá de los peligros de las rutas de alta montaña, existen senderos accesibles al común de los mortales que encierran un gran riesgo detrás de su cautivadora belleza.

Son senderos a los que no se pueden resistir a los adictos a la adrenalina y se encuentran en algunos de los parajes más espectaculares del mundo. Hacer una lista de los más peligrosos es casi imposible, pero estos son cinco de los que seguro que entrarían en cualquier clasificación:

1. El Caminito del Rey. Málaga, Andalucía (España)

El Caminito del Rey se reabrió al público la pasada semana tras un año de obras y una de 5,5 millones de euros, que han servido para mejorar la pasarela. El camino, de unos seis kilómetros, recorre a una altura de unos cien metros el espectacular desfiladero de los Gaitanes sobre el río Guadalhorce, entre los municipios de Ardales y Álora.

El Caminito del Rey. Foto: EFE

El Caminito del Rey data de 1901, cuando la Sociedad Hidroeléctrica de El Chorro comenzó a construir un paso que necesitaba para sus operarios y el transporte de materiales. Las obras de ese camino de servicio concluyeron en 1905 y durante varios lustros fue sólo un recurso laboral y social más, ya que también lo usaban los vecinos de la zona. El 21 de mayo de 1921, hace casi 94 años, su historia cambió para siempre cuando el Rey Alfonso XIII recorrió la senda aérea para inaugurar la presa del Conde del Guadalhorce. Gracias a esa efeméride, el Caminito del Rey tomó su icónico nombre.

2. Monte Huá Shan, Shaanxi (China)

El monte Huá Shan, de 2.160 metros de altitud, se halla en la provincia de Shaanxi, en China, y es una de las cinco montañas sagradas del taoísmo. Desde su cima se puede disfrutar de una espléndida panorámica, pero hasta ella sólo se puede llegar por una precaria pasarela de madera, apenas unos tablones, y una vía casi de escalada que convierte la ruta una de las más peligrosas del mundo.

Pasarela en el Huá Shan. Foto: Aaron Feen / Flickr

Su extrema dificultad hace que sea accesible prácticamente sólo para montañeros expertos, y no es extraño que cada año se cobre la vida de varias personas. La pasarela se extiende en el flanco de paredes de roca verticales no aptas para quienes padecen vértigo. En otros tramos, cadenas y escalones jalonan una vía hacia la cima que corta la respiración

3. Acantilados de Moher (Irlanda)

Sobre los acantilados de Moher, en la región de El Burren, en Irlanda, discurre otra de las rutas de mayor riesgo del planeta. A diferencia de otras, sin embargo, es la curiosidad la que lo hace más peligroso, ya que la zona se puede recorrer sin demasiado riesgo si lo hacemos con prudencia. Los acantilados se elevan hasta los 214 metros sobre el océano Atlántico en su punto más alto y se extienden a lo largo de ocho kilómetros.

Acantilados de Moher. Foto: Getty Images

Los acantilados son la gran atracción turística de la zona, por la espectacular panorámica que ofrecen de sus paredes sobre el océano. El Centro de Visitantes recomienda no abandonar las zonas de seguridad, por el riesgo que supone acercarse al borde del acantilado. Uno de los mayores peligros al recorrer estar ruta es el viento, que puede jugar una mala pasada a los más curiosos.

4. Angels Landing, Utah (Estados Unidos)

El camino de Angels Landing, en el Parque Nacional Zion de Utah, en Estados Unidos, es otro sendero de los que corta la respiración. El camino fue labrado en la roca en 1926 y a lo largo de su trazado ofrece una vista espectacular de cañón de Zion, un tajo de 24 kilómetros de longitud y 800 metros de profundidad excavada por el río Virgen sobre arenisca roja.

Camino en Angels Landing. Foto: Getty Images

El último tramo de la ruta se hace especialmente dura y el riesgo aumenta. Aquí, quienes se aventuren a completarlo deben superar fuertes desniveles y pasos estrechos y afilados. En el recorrido existen cadenas que ayudan a sostenernos y alcanzar los 1.760 metros de altitud de la cima. Eso sí, si resbalamos la caída es de unos 500 metros.

5. Puente de Trift (Suiza)

El puente de Trift, que toma su nombre del lago que cruza, se encuentra en los Alpes suizos, cerca de Gadmen. Se trata de una pasarela de unos 170 metros que tiene el privilegio de ser el puente colgante peatonal más largo de la cordillera. A pesar de que no es apto para personas con vértigo, la plataforma actual, inaugurada en 200, ha conseguido reducir el riesgo de este paso sobre el vacío, que se construyó en 2004.

Puente de Trift. Foto: Getty Images

Es un paso clave hacia el glaciar de Trift que no deja a nadie indiferente, sobre todo por los alrededor de 100 metros de caída que existen debajo de los pies de quienes se animan a cruzarlo. Se recomienda no saltar, ni asomarse por encima de las barandillas, sobre todo por las peligrosas corrientes de viento.