El besugo, bien descamado, se lava y seca con un paño; se le hacen cuatro cortes en el lomo y se sazona con ajo y perejil machacados en el mortero; en cada corte se pone media rodaja de limón y se rocía con el zumo del resto; después, se coloca en una besuguera y se deja reposar durante 20 minutos.
Transcurrido este tiempo, se sazona con sal, se dispone alrededor la cebolla picada muy menuda y se riega con un vasito de vino blanco. En una sartén con un chorro de aceite se fríe un ajo; cuando esté dorado, se retira y se vierte el aceite hirviendo sobre el besugo, que luego se espolvorea con pan rallado.
Por último, se introduce la besuguera en el horno a fuego moderado durante media hora, regando de vez en cuando el besugo con su jugo; cuando ya esté listo, se pasa a una fuente de servicio y se adorna con unas ramitas de perejil.