Harina de almortas: ¿Es peligrosa?

Está asociada a una grave enfermedad neurológica si se consume en exceso.

Harina

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Tradición y salud no están reñidas, pero hay alimentos que requieren especial precaución. La harina de almortas está asociada a una grave enfermedad neurológica si se consume en exceso. Por ello, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) piden un etiquetado claro para que los consumidores estén bien informados.

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Harina / Pexels

Las gachas manchegas son uno de los platos más representativos de la gastronomía manchega. Su ingrediente principal, la harina de almortas, ha sido durante siglos una alternativa alimenticia asequible y nutritiva, sobre todo en tiempos de necesidad. Sin embargo, su seguridad ha estado en entredicho por su relación con una grave enfermedad neurológica: el latirismo.

Latirismo: un riesgo para la salud

La almorta (Lathyrus sativus), también conocida como tito, muela o guija, es una legumbre resistente y fácil de cultivar incluso en suelos pobres o condiciones de sequía. Es por esa razón que, durante la posguerra española, se dio un consumo casi exclusivo de su harina, en una gran parte de la población empobrecida y dio lugar a una epidemia de latirismo, una enfermedad neurotóxica que causa parálisis irreversible en las extremidades inferiores. Esta dolencia se debe a la presencia del aminoácido ODAP, tóxico para el sistema nervioso si se ingiere de forma continuada y en grandes cantidades.

¿Está prohibida la almorta?

A raíz de los brotes de latirismo, España prohibió su consumo humano en 1944 y no volvió a permitirse hasta el 2020, a propuesta del Gobierno de Castilla-La Mancha. Desde entonces, la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) permite su uso ocasional en platos tradicionales como las gachas, siempre que se incluya una advertencia en el etiquetado y contenga un nivel de ODAP inferior al 0,15%. El consumo moderado, como una ración de 25 gramos al día en forma de gachas, se considera seguro. 

¿Quiénes deben evitar su consumo?

Aunque esporádico, no se recomienda el consumo de harina de almortas a ciertos grupos de población: 

  • Niños pequeños 
  • Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia 
  • Personas con enfermedades neurológicas o predisposición a ellas 

Desde la OCU inciden en que a pesar de las recomendaciones de la AESAN, actualmente no existe una normativa que obligue a incluir advertencias específicas en su etiquetado. "Es más, algunos comercios de Castilla-La Mancha aún la comercializan sin advertencias visible, lo que genera confusión y posibles riesgos innecesarios", aseguran. Por ello solicitan al Ministerio de Sanidad la inclusión obligatoria de estas advertencias en el etiquetado, para mejorar la información al consumidor y evitar riesgos innecesarios. 

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