Dulce por excelencia, el chocolate en sus mil formas alegra los paladares de millones de personas, desde tiempos inmemoriales en América y algo menos en Europa, dónde el cacao desembarcó hacia el 1500 con las primeras expediciones que llegaban a España desde el otro lado del Atlántico.

Con los siglos, las recetas para mezclar la principal materia prima, el cacao, con azúcar y otros productos ha adquirido casi la categoría de ciencia, mientras numerosos estudios se han afanado en rastrear los misteriosos resortes que es capaz de activar en nuestro cerebro.

Una buena idea para disfrutar como niños de este manjar es la mousse, un postre irresistible tanto por su sabor como por su textura esponjosa, ese detalle que marca la diferencia respecto a otras elaboraciones.

Si queremos que nos salga perfecta, solo tendremos que seguir algunas claves. Aunque existen diferentes variantes, esta es una receta sencilla y práctica:

 Ingredientes (para cuatro personas):

  • 170 gramos de chocolate negro (con al menos 70% de cacao)
  • 50 gramos de mantequilla
  • 50 gramos de azúcar
  • 3 huevos
  • Sal

La mousse de chocolate, un postre que gusta a niños y mayores. Shutterstock

Elaboración:

  1. El primer paso es derretir el chocolate y la mantequilla en un bol amplio. Lo podemos hacer al baño maría o en el microondas. Si elegimos esta segunda opción, podemos ir poco a poco para no excedernos. Removemos para mezclar bien.
  2. Cascamos los huevos, separamos las yemas de las claras y reservamos en recipientes diferentes.
  3. Mientras se atempera la mezcla del chocolate con la mantequilla, nos ponemos con el proceso más laborioso, el de montar las claras. Para ello, echamos una pizca de sal y el azúcar (al gusto y en tandas) en las claras de los huevos y batimos a mano o con una batidora eléctrica hasta que queden al punto de nieve.
  4. En el bol del chocolate y la mantequilla echamos las yemas y batimos para que todo se integre bien.
  5. En el último paso, vertemos poco a poco, por partes, las claras montadas sobre la mezcla del chocolate, la mantequilla y las yemas, removiendo con movimientos envolventes a medida que integramos los ingredientes. Este paso es el que conseguirá dar al postre su textura característica.
  6. Una vez que tengamos la mousse, solo queda repartirla en los recipientes en los que la vayamos a degustarla y dejarlos un par de horas en la nevera antes de servirlos.