Torrijas de té matcha y espirulina o monas y huevos de pascua convertidas en pequeñas obras de arte son algunas de las propuestas de la repostería tradicional de Semana Santa que durante estos días se presentan en sus alternativas más vanguardistas y conviven con las recetas clásicas, endulzando los días de pascua a través de estos bocados de dulzura que salpican la gastronomía española.

Torrijas de canela, miel, almíbar o vino conviven con pestiños, monas y huevos de pascua, dulces protagonistas durante la Semana Santa que pueden degustarse en casi cualquier momento del día. Estas recetas con mucha historia se reconvierten ahora en nuevas versiones para los más atrevidos, que dejan patente a través de diferentes opciones para todos los gustos que estos días la pasión también llega en forma de dulces.

“Lo más importante siempre es trabajar con materiales de muy buena calidad; la clave está en la elaboración del pan, que en nuestro caso es un brioche francés de huevo y mantequilla”, explica a Efe el pastelero Lucas González, al frente de Paco Pastel, elegido este año como la mejor torrija de Madrid por la Asociación de Empresarios Artesanos de Pastelería y Panadería de la Comunidad de Madrid.

“Lo más importante siempre es trabajar con materiales de muy buena calidad"

Este obrador de San Lorenzo de El Escorial, que se erige como ganador a mejor torrija de la capital en esta edición, llega a vender unas 5.000 unidades de torrijas por fin de semana gracias a esta receta tradicional realizada con leche aromatizada, huevos, aceite de girasol y pan brioche “partido con un corte trasversal, que da lugar a una torrija grande”, que según explica es también sello propio de la casa.

“Seguimos la elaboración tradicional, incorporando el té matcha o la espirulina, que son sabores muy agradables"

Este dulce, el protagonista de la Semana Santa por antonomasia ya aparecía en la obra del gastrónomo romano Marco Agavio Apicio (S.I). Esta receta, realizada sumergiendo pan en leche, se convierte en la antecesora de las versiones más populares de hoy en día, que añaden a la mezcla huevos, además de segmentarse en distintas versiones aromatizadas.

“Superalimentos” como el alga espirulina o el té matcha se cuelan hoy en día en los recetarios de torrijas, como las que proponen desde Juliettas en Madrid: “seguimos la elaboración tradicional, incorporando el té matcha o la espirulina, que son sabores muy agradables que no alteran la esencia original”, explica a Efe Raúl Armengol, director del grupo Juliettas, que presenta esta receta con el objetivo de “respetar la tradición empleando productos de tendencia”, desgrana.

Con torrijas de color verde intenso o azul eléctrico como resultado, ambas recetas tienen, según Armengol, “el mismo éxito”, tanto que antes de llegar al martes santo la pastelería ya ha vendido más de ochocientas unidades de las mil que van a comercializar de esta "versión especial”, apunta.

Quienes también se han convertido en un punto de referencia de torrijas son la pastelería Ambroisus, en Sevilla, que tras afincarse en la capital andaluza desde el centro de Europa para vender repostería europea, acabaron siendo un punto fijo durante la Semana Santa para consumir este dulce, cuyo secreto, según explican, reside en “infusionar durante veinticuatro horas el brioche con una pólvora de especias y miel de azahar, que evocan fragancias árabes”.

Pero no solo copan el protagonismo en repostería las torrijas durante estos días, en los que en forma de pequeños bocados de sabor, los huevos de Pascua, realizados con chocolate, también uno de los dulces más consumidos. Ahora, dejan de ser pequeñas esferas de cacao para convertirse en tallas esculturales que son pequeñas obras de arte, y demuestran que la cultura también se ingiere.

Una propuesta que se ha viralizado estos días es la del chef Jordi Roca, que vende en Rocambolesc su particular escultura de chocolate de la Mona Lisa, una de las obras de arte más reconocidas en el mundo que Roca convierte, literalmente, en una mona de chocolate, elaborada junto a la escultora Montse Zurilla, y que podrá reservarse y comprarse en las tiendas Rocambolesc de Girona, Barcelona y Madrid.

“Mirad qué monada…elaborada con chocolate con leche, rellena de bambolas de cacahuete tostado y salado recubiertas con leche y cacao en polvo”, publican desde Rocambolesc, que cada año hace una mona especial durante la Semana Santa y que esta vez se inspira en el arte a través de un juego de palabras.

También de Roca la gironesa Casa Cacao presenta una mona de “casa cacao”, rellena de habas de cacao de Bolivia recubiertas de chocolate Kerala-India 72&, y terminadas en chocolate blanco, simulando el efecto de huevo de codorniz bajo la forma de una pequeña casita que hace honor al propio nombre del establecimiento.

Nuevas propuestas como la que realizó el maestro repostero Oriol Balaguer, que el año pasado lanzó huevos de pascua en forma de figuras inspiradas en el circo, que pudieran decorar las casas a modo de pequeñas esculturas antes de ser consumidas y que trascienden la gastronomía para convertirse en pequeñas obras de arte.