Nuestro cuerpo necesita refrescarse, especialmente cuando el sol atiza sin piedad. Hidratarnos con una bebida fría hace que revivamos ante las altas temperaturas, pero no siempre es fácil conseguir que se mantenga fresca ya que el hielo se derrite.

Algunos trucos pueden ayudarnos a enfriar y mantener las bebidas frías sin necesidad de tener frigorífico, algo que será de gran utilidad en nuestras excursiones o vacaciones.

Congelar las botellas y los vasos

Si vamos a pasar el día fuera de casa, podemos optar por congelar las latas o las botellas de cristal (hay que envolverlas con papel para que no exploten) y a continuación, meterlas en una bolsa isotérmica, que conservará su temperatura durante dos o tres horas.

Si estamos en casa y se nos acaban las bebidas frías, podemos meter vasos de cristal grueso en el congelador. Al cabo de un rato, cuando estén congelados, podremos servir la bebida en ellos y la notaremos fría.

Gran barreño con hielos, agua y sal

Las barbacoas, las paellas o las merendolas en las que se congregan muchas personas son planes habituales, y esperadísimos, del verano. Aunque hayamos metido dentro del frigorífico diferentes refrescos y bebidas, es muy probable que se acaben con rapidez.

La mejor solución es coger un gran barreño donde meter las bebidas y echar muchos cubitos de hielo, agua y una gran cantidad de sal de mesa. Por cada cuenco de agua que echemos en el barreño añadiremos una cucharada sopera. A continuación, removemos bien el agua, los hielos y la sal para que se mezclen.

La sal acelera el proceso de derretimiento de los hielos y el agua queda helada, por lo que enfriará más rápidamente las bebidas que pongamos en el barreño.

A pequeña escala, este truco se puede utilizar en las excursiones: llenando la nevera portátil con agua y hielos, mantendremos las bebidas frescas y apetecibles. También podemos coger el agua fresca si estamos cerca de un río o un lago.

Enfriamiento evaporativo

Suena a algo científico, pero es sencillo y se remonta a la antigüedad. Para ello necesitamos dos ollas / tiestos / recipientes de barro (uno debe de caber dentro del otro).

Taponamos el fondo de la olla grande con arena o arcilla, introducimos la olla más pequeña y cubrimos el espacio sobrante entre ambas con arena, que actuará de aislante. A continuación, mojamos la arena sin excedernos con el agua, simplemente humedeciéndola.

Ahora, colocamos las bebidas dentro de la olla pequeña y cubrimos ambas ollas con un trapo o toalla mojada con agua fría. Conforme el agua de la arena y de la toalla se evapore, enfriará el interior de la olla. En unas horas, se habrá convertido en un buen refrigerador manual.

Enfriamiento evaporativo sin demasiados recursos

Enfriamiento evaporativo sin demasiados recursos

Si no tenemos todos los anteriores elementos necesarios, podemos remojar una toalla o periódico con agua fría y envolver la bebida. A medida que el agua se evapora, la bebida se irá enfriando lentamente.

Bajo el grifo

También podemos enfriar las bebidas en cinco minutos situándolas debajo del grifo del fregadero o la ducha y sujetándolas bajo un chorro constante de agua fría. Importante: no hay que desperdiciar el agua, debemos guardarla en un cubo para utilizarla después.