Calificación: *** | Dirección: Dan Scanlon. Guion: D. Scanlon, Jason Headley y Keith Bunin. Fotografía: Sharon Callahan y Adam Habib. Música: Jeff Danna y Michael Danna. Duración: 102 minutos. Nacionalidad: EE UU. Año:2020. Largometraje de animación.

Reafirma la categoría del cine de animación de la factoría Disney-Pixar y lo hace con una perfección técnica impecable y con el mérito añadido de no valerse de ningún argumento existente. De ahí que con la garantía habitual nos ofrezca un regalo que aunque tiene en el público infantil y juvenil su mejor aliado, también encontrará alicientes en los adultos que sientan debilidad por la magia.

Es cierto que no está a la altura de sus mejores largometrajes, pero si algo pone de relieve 'Onward' es que tampoco hay motivo para la decepción. Es un espectáculo sin límites ni fronteras que supone lo mejor que ha hecho hasta ahora el director Dan Scanlon, un experto en cine digital animado que acoge en su filmografía dos títulos que todavía se recuerdan, Tracy y Monstruos Universidad.

Con Pixar, por supuesto, como verdadero padre de la criatura, lo que se ha pretendido es acumular todos los ingredientes que hicieran posible un mundo ya desaparecido, el de la magia, una pérdida irreparable para la humanidad que nos ha privado de confabular a diario con seres tan increíbles como los trolls, elfos, centauros, unicornios y, entre otros, los gnomos. Una circunstancia que lamentan por encima de todo dos hermanos, Ian y Bartley, que han pasado por el drama de haber perdido a su padre cuando el primero no había nacido y el segundo era un niño.

Pero ahora que Ian ha cumplido los 16 años la madre, que los ha sacado adelante, piensa que es el momento idóneo para que les muestre el regalo que el padre les dejó antes de morir, especialmente una gema que hace posible que el padre vuelva durante un día con ellos gracias a un hechizo mágico. Este es el comienzo de un viaje único y fantástico que entraña que dos hermanos tan opuestos como Ian, tímido y con un cierto complejo de culpabilidad, y Bartley, siempre muy seguro de sí mismo y convencido de que todo saldrá bien, encuentren ese punto en el que los dos superan sus pretendidas carencias. La misión es compleja y delicada, aunque con la colaboración del padre y la vitalidad de los protagonistas no habrá meta inviable.