Hay motivo para tener fe, por encima de todo porque tratándose de la opera prima del director Andrés Koppel se observan en ella cosas que contribuyen en líneas generales a recrear con credibilidad y con la adecuada atmósfera toda la tensión y el clima de recelo y de inquietud que se siente en un lugar tan bello como único, la isla de la Gomera. Las imágenes responden a menudo a las preguntas que se hace el espectador, configurando un thriller sobrio y con loables raíces que, además de despejar las interrogantes que generó un caso criminal que inundó de miedo y angustia la isla canaria, aprovecha las virtudes de un reparto ejemplar en el que figuran nombres de peso como Quim Gutiérrez, Aura Garrido, Roberto Alamo y Verónica Echegui. Sin marginar, en absoluto, la excelente foto- grafía de Alvaro Gutiérrez que, en efecto, abre paso a una niebla que incrementa las claves del misterio. No hace olvidar, por supuesto, los lo- gros de La Isla Mínima , que tiene otro nivel inalcanzable, pero se siente que detrás de lo que vemos hay un trabajo digno.

Es evidente que el factor que más arropa la cinta es su origen literario, en concreto el que se base en una novela de Lorenzo Silva, Premio Nadal y Premio Planeta, que forma parte de la serie protagonizada por la pareja de investigadores de la Guardia Civil Bevilacqua y Chamorro, que incluye títulos como El alquimista impaciente y Los cuerpos extraños. Son textos en los que se humaniza a los miembros de la Benemérita, que desechan todo acartonamiento para dar vida a unos individuos que viven con sus pasiones, problemas e inquietudes propios y con el factor sexual en primer plano. Podría haber algo de forzado en determinadas cuestiones, aunque no se pierde la coherencia ni parte de la convicción. Con ese punto de partida y la realización de Koppel se van consolidando, por otra parte, los elementos esenciales, que pasan por conseguir que el espectador entre de lleno en la propia dinámica de la investigación, que es, con toda lógica, la columna vertebral de La niebla y la doncella . De hecho, el regreso a la Gomera del sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, es fruto de la decisión judicial de reabrir de nuevo un caso.