Una historia emotiva que habla de soledad y solitudes, reúne al mismo equipo creativo, los mismos productores y los mismos actores, creando un nuevo trabajo de teatro de máscaras que sin ni una sola palabra, resulta todo lo contrario a inexpresivo.

Un anciano, cuya principal ilusión en la vida era jugar a las cartas con su mujer, enviuda repentinamente. Su familia, hijo y nieta, se hacen cargo de él. Pese a esforzarse de la mejor manera de la que son capaces, le atienden pero no le acompañan. El abuelo no logra hacerles entender que lo único que necesita es compañía, aunque sea jugando a las cartas tal como lo solía hacer. Se siente tan desvalido que acaba saliendo a la calle a buscar con quien jugar encontrando como única compañera una prostituta primeriza.

Un viaje por universos cotidianos que, combinando de forma magistral la gravedad con la sonrisa, conmueve.

El descubrimiento por parte del hijo de la prostituta en casa desencadenará una serie de acontecimientos

cruciales en la vida de estos tres personajes.

Aparentemente una historia sencilla, pero repleta de metáforas y de reflexiones a cerca de las relaciones humanas, la necesidad de afecto, la incomunicación y en qué medida nuestros prejuicios son capaces de imposibilitar la felicidad de otras personas y por supuesto la nuestra.

80 minutos

A 12€ / B 10€ / C 8€ / D 6€

Todos los públicos