El quehacer poético de Tomás Salvador González (1952-2019) tomó desde el principio un rumbo deliberado que nada tenía que ver con lo que habitualmente se conoce como una trayectoria literaria. Su relación con el lenguaje sobrepasaba el mero detenimiento en los recursos retóricos o la obediencia a cánones previsibles. Un mundo de lecturas numerosas, a las afueras de las dictaminadas por insoslayables, y una capacidad sutil, amasada en la paciencia, para observar la realidad como si tuviera un bisturí en la mirada hicieron de él un poeta diferente, que influyó más de lo que él supuso en escritores en ciernes y en el alumnado que tuvo la suerte de asistir a sus clases cuando llegó a Zamora a finales de los años 70 del siglo XX al instituto María de Molina. Para entonces solo había publicado bajo seudónimo una plaquette. Pero su escritura, reunida por completo en Una lengua que él hablaba (Dilema, 2018), dejó ver desde el principio una labor exigente con el lenguaje, tal como si tallase las palabras, y un amor incuestionable a la vida, a sus pasajes fortuitos que él sabía recoger en versos que fueron haciéndose cada vez más expansivos.

Replegado en Arenas de San Pedro (Ávila), donde vivió más de 30 años, Tomás Salvador fue alzando un sugestivo cuerpo de escritura tomada de la lengua de los periódicos y de imágenes de las que se apropiaba con la conciencia de estar realizando una usurpación necesaria. Una selección de esas piezas visuales se presenta ahora en Zamora, la tierra natal del escritor, en esta exposición que da cuenta de ese trabajo minucioso y alegre, de espaldas a los intereses espurios del mundo. Asimismo, y también bajo el cuidado de Luis Marigómez, se presenta el libro De aleda a aldea (Universidad de León, col. "Caligramas", 2020), donde pueden encontrarse otras propuestas de ese mundo de imágenes y palabras que trata de restituir el sentido perdido de la inocencia o de la alegría. Porque, como él dejara sentado en otro poema, "apartamos / a lugares oscuros las imágenes / que vienen a la vida".

Tomás Sánchez Santiago, escritor

Tomás Salvador González (Zamora, 1952 - Móstoles, 2019)

Su poesía reunida a lo largo de más de 40 años aparece en Una lengua que él hablaba (Dilema, 2018). Publicó también la novela El territorio del mastín (Juventud, 1994, Malasangre, 2016). Tras su muerte, han aparecido Restos de infancia (Freire, 2019) y De aleda a aldea (Universidad de León, 2020).

Autor de una amplia y variada obra de poesía visual, publicó libros, Favorables país poemas (Icaria, 1996), plaquettes y participó en importantes exposiciones colectivas tales como Desacuerdos (MACBA, Barcelona, 2005) o Constelaciones (MUSAC, León y C3A, Córdoba 2017).

Subversión y alegría: el mundo poético de Tomás Salvador