Los actores de Impromadrid se lanzan a jugar con el Siglo de Oro con el único objetivo de deleitar al público. Con ayuda de las sugerencias del respetable, crearán escenas cómicas en las que caballeros, damas, pícaros, reyes o criados atravesarán los temas predominantes de la época: los enredos del amor, el honor, la religión o la fugacidad de la vida. Tanto entonces, como ahora, reír es necesario y es que, como dijo Lope, "a nadie se le dio veneno en risa"