Museo Etnográfico de Castilla y León

Plantas de Exposición Permanente

Entrada libre y gratuita hasta completar aforo. Todos los públicos

Era una España de postguerra, una España en blanco y negro: sin lujos, sin caprichos, sin una visión clara del mundo. Era una España rural, un lugar perdido en el noroeste peninsular donde sus gentes vivían de lo que generaban con su trabajo en el campo. Y así, durante mucho tiempo, hasta que se construyó la presa de Ricobayo y todo lo transformó. Los más jóvenes se fueron incorporando a un trabajo nuevo que los apartaba de las tareas del campo y les permitía aportar un salario a la familia.

Aquella magna obra hidráulica, la Presa de Ricobayo, no sólo transformó el paisaje, rasgando y dinamitando las rocas, sino que fue transformando, poco a poco, la vida de aquellas sencillas gentes. En este tránsito, vital, la cámara de Máximo Pelayo Arribas fue captando, con naturalidad, la vida de los pueblos ribereños, afectos a la gran obra. El fotógrafo captó caras serias, ajadas, arrugadas por el duro trabajo a la intemperie; niños tristes, hombrecitos, asumiendo tareas que todavía no soportaban sus frágiles músculos, pero había que trabajar.

Hoy, contemplamos este trabajo extraordinario siendo conscientes de que conceptos como selfie, Instagram o posado, ni siquiera se habían imaginado.

Concha Pelayo