Fotografías de Jose Carreño.
En esta singular exposición, el agua es el vehículo y testigo para recrear nuestra propia historia, generando un análisis de nuestra sociedad en clave poética pero también crítica. Aquí confluyen la fotografía, el medio ambiente, las artes, la ciencia, la historia, la poesía y la filosofía.
Desde su apasionante perspectiva poliédrica, este creativo montaje sin precedentes explora la relación entre el ser humano y el agua: es el relato de cómo la esencia de la vida propició la evolución hasta llegar al concepto de belleza. Y lo hace en dos bloques diferenciados.
El primero está compuesto por las quince escenas principales, correspondientes a quince hitos clave en la historia de la especie humana, desde el descubrimiento del fuego hasta las nuevas tecnologías y la contaminación de los plásticos en el planeta. Todas ellas fueron creadas en espacios naturales de Francia, Portugal y España durante los años 2018 y 2019 bajo un criterio escenográfico que las agrupa: si todo viene del agua, hagamos surgir físicamente de ella todo lo que fuimos y somos.
El segundo bloque es un conjunto adicional de instalaciones y propuestas lúdicas, participativas y didácticas. Aquí se propone un viaje hacia el año 2050, cuando el agua será objeto de (aún más) conflicto en la Tierra.
El montaje expositivo es una producción propia del PRAE (Propuestas Ambientales Educativas), centro de referencia sobre educación ambiental en la Comunidad de Castilla y León, perteneciente a la Fundación Patrimonio Natural, de la Junta de Castilla y León. Y ha sido creado tomando como base el trabajo del fotógrafo José Carreño, quien desarrolló posteriormente todos los contenidos y guión del montaje, y dirigió la producción del mismo, siempre bajo la dirección del PRAE. Completa la propuesta el poemario Aquascente, creado en exclusiva para este montaje por los poetas zamoranos Julio Marinas, Benito Pascual y Antonio del Barrio.
Todos los sets de la exposición están atravesados por un poderoso discurso conceptual que interpela al ser humano, algo especialmente valorado por todos los visitantes que ya han tenido las diferentes ediciones de la exposición, y convierte el montaje en una intensa experiencia emocional que nos obliga a replantearnos a nosotros mismos como especie supuestamente dominante en el planeta. Una oportunidad para hacer más comprensible nuestro mundo a través de ese espacio común que es el líquido de la vida.
El montaje tiene como asesores científicos a Carlos Briones y José Ángel Martín, y al director editorial Virgilio Ortega como asesor histórico y lingüístico.
