Cada vez 'Better call Saul' es menos ella misma y es más 'Breaking Bad'. A cada temporada, va perdiendo los elementos que la diferenciaban de su serie madre para, no sólo parecerse más a ella, sino convertirse en ella. Como precuela que es, el rumbo está marcado y navega con paso decidido a la meta. En el primer episodio, la acción se situaba unos ocho años antes del arranque de su predecesora. Temporada tras temporada, la fecha se va acortando y vamos viendo la evolución de la serie y de sus protagonistas para llegar al año 0. La acción no es tan frenética como en 'Breaking Bad', pero 'Better call Saul' es un fascinante ejercicio de estilo en el que poco a poco las piezas de puzzle van encajando y, sin que se pierda el interés en lo que se nos cuenta, nos ayuda a entender mejor cosas que vimos en la otra serie.

Es muy parecido a lo que fue la película 'Rogue One' a la saga de 'Star Wars', que terminaba justo donde comenzaba la película con la que comenzó la franquicia galáctica más seguida de la gran pantalla. En la película dirigida por Gareth Edwards asistíamos a la construcción de la Estrella de la Muerte. Su punto de unión con la cuarta temporada de 'Better call Saul' es que en esta última hemos visto las obras del famoso laboratorio de meta, oculta en los bajos de una lavandería. Uno de los momentos más recordados de una de las mejores series de la AMC. A diferencia de 'Rogue One', en que se nos presenta a nuevos personajes antes del inicio de la saga galáctica, en 'Better call Saul' encontramos a personajes que ya conocíamos y vemos cómo eran sus vidas antes de que 'Walter White' (Brian Cranston) llegara a ellas. La comparación con esta saga no es casual, ya que fue uno de los directores mejor valorados de 'Breaking Bad', Rian Johnson, el responsable de dirigir 'Los últimos Jedi', la octava entrega de 'Star Wars' que llegó a los cines el año pasado. Aunque el resultado de su trabajo no ha caído muy bien a todos los fans, que se dividen entre detractores y defensores.

En los primeros momentos de 'Better call Saul', el peso de la trama reposaba en los personajes de Saul Goodman (Bob Odenkirk) y de Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks). Desde la temporada pasada un tercer personaje se incorporaba a la trama, Gus Fring (Giancarlo Esposito) y ya está consolidado como uno de los protagonistas del reparto. No se trata de un simple cameo. En la cuarta temporada, las historias de Saul y de Mike han transcurrido por separado y no han tenido ni un solo momento juntos en sus diez episodios. Mike se va implicando más en trabajar para el cartel, mientras que Saul (todavía Kimmy McGuill) trata de sobreponerse a una trágica pérdida personal y a su inhabilitación profesional como abogado. Esa pérdida ha hecho que vaya perdiendo los lazos que le unían con la realidad y la meta de llevar una vida honrada. La única que le pone los pies en el suelo es su pareja, Kim Wexler (Rhea Seehorn), pero precisamente una de las historias que nos cuenta la temporada es la del distanciamiento entre ambos. A su relación no le queda ya demasiado futuro, a pesar de que ella ha puesto todo de parte para entender a su novio.

En el último episodio de la temporada podemos decir que Jimmy McGuill ha muerto y damos la bienvenida al Saul Goodman que ya conocíamos. Como final de serie podría servir, pero sería dejarnos con la miel en los labios. Cuatro año esperando este momento y cuando por fin llega, no pueden dejarnos así. Tenemos que ver a Saul Goodman en todo su esplendor al menos un año más. La acción de 'Better call Saul' se mueve en tres líneas temporales. Una en blanco y negro que nos muestra el futuro, destino del pícaro abogado tras el final de 'Breaking Bad', que tiene una anodina existencia como empleado en una cadena de comida basura, con el temor de que algún sicario del cartel venga a por él. También hemos podido ver alguna escena que transcurre en paralelo a Breaking Bad contando cosas que no vimos en aquella, como el día en que Saul puso pies en polvorosa mientras todo se derrumbaba a su alrededor. Es el presente. Y finalmente los acontecimientos que le llevaron a sumarse al imperio criminal de Gus Fringe y que son los que, lógicamente, acaparan toda la serie. Su pasado.

En este cuarta temporada, hemos asistido a otros momentos destacados para la iconografía de la serie, como es el día en que Hector Salamanca (Mark Margolis) empezó a comunicarse a través de una campanilla tras quedar confinado en una silla de ruedas. Momento que nos ayuda a comprobar el odio que siente hacia Gus Fringe y el por qué hizo lo que hizo en otro de los momentazos de 'Breaking Bad'. Otros secundarios de la serie madre que se han dejado caer este año por Better call Saul son Lydia (Laura Fraser), la ejecutiva de esa empresa que ayudaba al cartel a blanquear su dinero; y Gale Boetticher (David Costabile), el químico para trabajaba para Fring antes de que éste fichara a Walter y Jesse. Poco a poco, caras conocidas de la anterior serie han ido desembarcando en el reparto y ya sólo falta que nos encontremos a Walter White y a su socio Jesse Pinkman (Aaron Paul) para que, por fin, estemos todos. Las oportunidades se van agotando, ya que apenas faltan una o dos temporadas para que la serie llegue a su final. Vince Gilligan, creador de la franquicia televisiva, ya ha manifestado que su intención es que aparezcan por lo menos una vez en la serie. ¿Un cameo en el episodio final tal vez?