Sara Carbonero ha comenzado una nueva etapa en Portugal. La presentadora ha pedido una excedencia en Telecinco para poder acompañar a Iker Casillas en su nueva etapa en Oporto.

Como ella ya ha comentado en su blog, nunca se planteó quedarse en España por trabajo, su idea desde el principio fue acudir donde estaba su familia. Debido a este gran cambio, Sara ha tenido que renunciar a su profesión de forma temporal -aunque ofertas en la televisión portuguesa no le faltan- y a estar cerca de los suyos. De lo primero, han hablado varios amigos de Carbonero a Vanity Fair donde cuentan cómo fue el camino hacia el éxito de la periodista.

Natural de un pequeño pueblo de Toledo con 18 años se mudó a Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Mientras estudiaba, comenzó a trabajar en la radio en un horario que le obligaba a levantarse a las cinco de la mañana; más tarde llegaría a la televisión.

"La primera vez que la ves impresiona. En general había revuelo en torno a ella en la redacción porque llama mucho la atención lo guapísima que es", explica su amiga Nira Juanco. Vanity Fair señala que "sus colegas no solo hablan de su físico: muy trabajadora, perseverante, con una dicción perfecta". "Jamás levanta la voz ni se enfada", confiesa Nira.

Gracias a su incorporación a La Sexta, Paolo Vasile -consejero delegado de Telecinco- se encaprichó de ella, pero Sara se mostró muy reticente a dejar su trabajo en la cadena de Atresmedia.

"Tenía muchísimas dudas porque estaba muy a gusto en la Sexta. Era difícil despedirse de tantos amigos", afirma Juanco. Sin embargo, en estos meses en los que ha tenido que volver a tomar una decisión tan importante en su vida, Sara sí ha sabido rápidamente el camino que debía escoger: "Nunca se me ha pasado otra cosa por la cabeza que no fuera estar junto a mi familia en estos momentos".