Una escasa publicidad o una mala campaña de marketing puede hacer que un programa, que promete y aspira a ser líder de audiencia, tenga que finalizar mucho antes de lo esperado porque no es rentable.

Este viernes terminó la nueva edición de 'El número Uno', que si bien la anterior fue, entre comillas, un éxito. Esta no ha tenido nada de repercusión.

Se trata de una mala organización. Un mal día de emisión. Malas fechas y unos concursantes que, aunque eran muy estrambóticos, no conseguían la empatización necesaria. Se trata de un talent show musical, no de gran hermano. La gente no quiere ver concursantes estrafalarios, sino gente con quien sentirse identificada. Además si a todo esto le sumamos que se trata de un formato explotado hasta la saciedad, conseguimos un programa que desemboca, inevitablemente, en el fracaso.

El programa terminó con la victoria de Raúl, el concursante de 19 años que se caracterizaba por sus outfits y sus gafas de pasta. A parte de la victoria, el concursante se fue con la promesa de un disco propio bajo el brazo.

El cierre del programa fue un emotivo "Hasta siempre" de la presentadora Paula Vazquez, lo que dejaba ver que por ahora el formato no se iba a renovar.

El programa tuvo un share de 10,4%, un porcentaje bajísimo, para poneros una referencia, el programa de Operación Triunfo se canceló porque tenían una audiencia en torno al 15%.

Quizás esta mala cuota sirve como llamada de atención a los productores para que se renueven.