Fue candidato al Oscar en el 2011, por su asombrosa interpretación en 127 horas; ha intervenido en películas tan diversas como la franquicia de Spider-Man, Mi nombre es Harvey Milk o Superfumados. Pero esa es tan sólo su faceta como actor. James Franco también ejerce de profesor. Desde hace algún tiempo imparte clases de cine a futuros aspirantes/competidores a un puesto en la gran pantalla. Por ello, no es extraño que el actor acuda a la cita con Magazine seguido por un pequeño equipo de filmación integrado por sus propios alumnos -de la prestigiosa UCLA de Los Ángeles- que escuchan atentamente cada una de sus respuestas.

Franco llamó la atención por primera vez como parte del elenco de la serie Freaks & Geeks -la misma de la que surgieron actores como Seth Rogen y Jason Segel-. Ahora ya es una estrella y promociona Oz, un mundo de fantasía, su película más comercial desde El origen del planeta de los simios. Pero en los últimos tiempos, este californiano nacido en Palo Alto, que en abril cumplirá 35 años, ha repartido su tiempo entre su labor interpretativa y muchas otras profesiones: ha ejercido como guionista y director, pintor y músico, novelista y poeta.

Y hasta se ha dado el gusto de presentar la entrega de los premios Oscar, aunque no parece interesado en repetir la experiencia. "Siempre he estado interesado en la literatura, el cine, la actuación y el arte. Ha sido así desde que era muy joven, cuando iba a la escuela secundaria", explica Franco en una habitación del hotel Luxxe de Hollywood, y agrega: "Por eso vine a Los Ángeles, a estudiar literatura en la UCLA. También me gustaban el arte y el teatro, pero mis padres noquerían que estudiara ni una cosa ni la otra.

En Los Ángeles descubrí que la mitad de la gente que vivía aquí estaba involucrada en la industria del cine, por lo que decidí intentarlo yo también. Tuve mucha suerte y, aunque me iba muy bien, en determinado momento sentí que la actuación tenía sus limitaciones. Fue entonces cuando volví a la universidad y descubrí que me sentía muy a gusto allí. Tanto, que decidí estudiar otras carreras. Y aunque en un principio empecé a explorar el mundo del arte y a escribir sin que nadie lo supiera, luego comprendí que todo está interrelacionado. Y ahora sé que puedo usar mis experiencias como actor y figura pública para otros tipos de expresiones artísticas, ya sea un texto literario, una escultura o una pintura".

Su condición de hombre orquesta se extiende a su fi lmografía. Además del papel protagonista en Oz, la versión que Sam Raimi ha realizado del clásico fi lme, Franco ha participado últimamente en The Iceman, con Chris Evans y Winona Ryder; en Homefront de Gary Fleder; en Lovelace, la polémica biografía de la legendaria actriz de cine para adultos, e incluso en otros dos títulos en los que ejerce de director, Black Dog, Red Dog y Child of God. Pero también su nombre aparece en más de una docena de películas independientes, algo que explica con sencillez: "Muchos de esos filmes han sido realizados por mis estudiantes.

Este último semestre dicté media docena de cursos en cuatro o cinco universidades. Y en muchas de esas películas yo aparezco porque fui el profesor, pero la energía para concretarlas surgió de los alumnos. Yo les guié en la dirección correcta, les ofrecí el material para inspirarse y les ayudé a llevarlo a cabo. Participé en todos esos proyectos, pero sin supervisar cada uno de sus pasos. Así que el mérito es suyo", explica el polifacético artista.