Jesús María Prada Saavedra, vicepresidente del Patronato de Turismo –y vicepresidente segundo de la Diputación de Zamora–, es uno de los ponentes que participarán el lunes 27 de marzo en el Foro "Municipalismo: ayuntamientos al servicio de la ciudadanía", organizado por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, un encuentro político y empresarial en el que se abordarán los retos y desafíos a los que se enfrentan las comarcas y territorios de la provincia.
–¿Qué importancia cree que tiene la administración local en el actual Estado descentralizado, con tantos niveles de Gobernación?
–Considero que tiene una importancia trascendental. Las corporaciones locales son la administración más cercana al ciudadano, y los alcaldes y concejales son los responsables políticos que mejor conocen las problemáticas y el día a día de sus vecinos. Cuanto más subes en la administración, más te elevas de la realidad. Sin embargo, los políticos locales, en una ciudad como Zamora y en los pueblos pequeños, pisan el barro cada día y escuchan a los ciudadanos, aunque los problemas que les presenten no tengan que ver con el Ayuntamiento. Un ciudadano no tiene por qué saber si algo es competencia de la autonomía, del Estado, de la Diputación o del Ayuntamiento y cuando tiene un problema quiere que el político más cercano se lo resuelva. La Diputación está un nivel por encima en la administración, somos cercanos, pero no tanto como los municipios, yo puedo ir a un pueblo un día en concreto, pero no estoy todos los días en todos los pueblos. Por eso, creo que la entidad básica de la administración, el ayuntamiento, es tan importante.
–Tan cercana que muchas veces los alcaldes acaban haciendo labores que no les corresponden.
–Sí, diariamente los alcaldes y concejales hacen funciones que en ningún momento están contempladas en ninguna legislación. Incluso si tienen que pedir una cita médica para una persona mayor del pueblo que no sabe hacerlo, el alcalde y los concejales lo hacen, o ir al banco con un vecino para actualizar la libreta. El alcalde es como un amparo para las personas, sobre todo de avanzar edad, de nuestros pueblos.
La Ley de Bases de Régimen Local tiene que actualizarse para incluir nuevas competencias propias sobre servicios que son básicos en el siglo XXI, como fomentar el acceso a Internet y telefonía
–¿Cómo han cambiado a lo largo del tiempo el papel de los municipios y los retos a los que se enfrenta la administración local?
-El papel de los municipios tiene que cambiar según va cambiando la sociedad, y yo creo que en eso los políticos no están a la altura. Es decir, la Ley de Bases de Régimen Local, que regula las competencias de las administraciones locales, está anticuada y ya no responde a la realidad. Hace 40 años un servicio básico en un ayuntamiento era el abastecimiento, el saneamiento, la pavimentación, pero eso ya lo tenemos muy atrás, por suerte, y ahora mismo le preguntas a cualquier ciudadano y a lo mejor un servicio básico municipal sería el acceso a Internet, el acceso a la telefonía móvil… y claro, como no están recogidas en la ley, las Corporaciones Locales no tenemos instrumentos para fomentar esos servicios tan necesarios siglo XX, por lo tanto, hay que actualizarlo. Pero también hay que actualizar la ley respecto a otras competencias que han ido surgiendo por necesidades de los propios vecinos y que los ayuntamientos, por ser esa administración cercana, conocen y son conscientes, las competencias que ahora llamamos impropias. ¿Por qué no pueden ser propias si son necesarias?
Mejorar la vida de las personas debe estar en el ADN de todo el que se dedique a la política, por encima de las siglas
–¿Pero tienen los ayuntamientos herramientas y la dotación económica necesaria para esas competencias impropias?
–Por supuesto, la actualización de la ley debería ir acompañada de una dotación económica a las Corporaciones Locales para que esas competencias pasen a ser municipales, porque está claro que quien mejor presta los servicios son los ayuntamientos, siempre que tengan las herramientas necesarias desde el punto de vista financiero. Por eso siempre se ha criticado la financiación de la administración local, y más en provincias como Zamora que cada vez tenemos menos población. La aportación del Estado a los ayuntamientos se distribuye por población, pero tú no puedes apagar la luz del alumbrado público por la noche porque tengas pocos vecinos, tienes que mantener un nivel de servicios adecuado y de calidad. El estado debe tender a privilegiar, a discriminar positivamente a esos ayuntamientos o a esas zonas territoriales que sufrimos de manera destacada la despoblación. Hablamos muchas veces de fiscalidad diferenciada para los empresarios o para los autónomos, pero hay que hacer una fiscalidad diferenciada también para aquellos provincias o entidades locales que ven mermadas su población. Deberíamos tener un plus de financiación para tener instrumentos para paliar la despoblación, porque las políticas contra la despoblación que se puedan hacer desde el Estado y desde las comunidades autónomas no van a ser tan eficientes como las que podría desarrollar la administración local. Para eso necesitamos un sistema de financiación que dope a aquellos ayuntamientos, aquellas comarcas o aquellas provincias como Zamora que perdemos cada año población, para que ayuntamientos y diputaciones podamos ayudar al sector productivo.
–¿Qué futuro cree que aguarda al municipalismo y qué papel deben tener las diputaciones provinciales en dicho futuro?
–El futuro está asegurado porque, como decía, el Ayuntamiento es la administración más cercana, por lo tanto todos los gobiernos superiores se tienen que concienciar de que somos los más eficaces y los más cercanos al ciudadano y en base a eso tienen que dotarnos de presupuesto para desarrollar las competencias que tenemos legalmente o aquellas que podamos asumir en futuras modificaciones de la Ley. Las diputaciones son un ente necesario en provincias poco pobladas o con muchos núcleos de población, como es por la provincia de Zamora. Yo lo he comprobado estos cuatro años de primera mano en pequeñas cosas como llevar la cultura o el deporte a los pequeños municipios, pero también en como apoyo a grandes ayuntamientos como como el Ayuntamiento de Zamora en política turística como vicepresidente del Patronato de Turismo. En estos cuatro años hemos ido de la mano, Ayuntamiento de Zamora y Patronato de Turismo, en la promoción de la provincia y eso nos hace más fuertes y nos ha permitido hacer campañas de promoción que en los años anteriores, cada uno por un lado, ni uno ni otro podía asumir. Por tanto, creo que todos unidos, con una financiación adecuada, podemos tirar de esta tierra más de lo que hemos hecho hasta ahora.
–¿Qué es lo que anima a un político a levantarse cada mañana y seguir luchando por su pueblo o por su provincia?
–A mí me motiva mirar a la cara de la gente. Me dedico a la política y afronto retos en política por la gente, evidentemente uno tiene sus ideales, sus siglas, pero la política se hace para las personas, para mejorar la sociedad en la que estás, para cambiar cosas que no te gustan de la sociedad ,y por eso estás en política y muchas veces te complicas la vida personal para hacer política. Creo que mejorar la vida de las personas tiene que estar en el ADN de todo político, da igual su signo político.