Francia y Croacia, dos seleccionados con grandes jugadores, lucharán el domingo en el estadio Luzhniki de Moscú por el título en una final inesperada del Mundial de Rusia 2018.

Será la tercera ocasión que el conjunto galo juegue el partido por el título y la primera que llega a esta instancia la selección balcánica.

Francia se coronó campeona como local en 1998 al imponerse en la final a Brasil (3-0) en el estadio de Saint Denis y perdió ante Italia en la tanda de penaltis en la de Alemania 2006 tras acabar el encuentro con empate a uno.

Por su parte, Croacia, uno de los países que nacieron tras la desintegración de Yugoslavia después de la desaparición del Bloque del Este a comienzos de los años 1990 y cuya población apenas supera los cuatro millones de habitantes, ya pisó por primera vez el podio mundialista en 1998, precisamente el que ganó Francia.

Entonces acabó en el tercer puesto, con una primera gran generación de jugadores formada por Davor Suker, Zvonimir Boban, Robert Jarni o Robert Prosinecki, después de haber perdido en semifinales ante Francia (2-1), curiosamente el equipo con el que se jugará el título el domingo.

Este domingo será una final nueva, la decimoctava distinta en la historia de la Copa del Mundo, ya que tan solo se han repetido Alemania-Argentina y Brasil-Italia.