El presidente francés Emmanuel Macron y su homóloga croata, Kolinda Grabar-Kitarovic, dieron una lección de deportividad después de que el árbitro diera el pitido que convertía a Francia en nueva campeona del mundo. Ambos mandatarios se fundieron en un gran abrazo tras acabar la final del Mundial de Rusia.

Pero la deportividad fue más allá. Macron y Grabar-Kitarovic bajaron de la mano al campo y en la entrega de trofeos, la presidenta croata no dudó en abrazar y felicitar a los jugadores franceses.

Por su parte, Macron entró al vestuario de la selección croata, para felicitar a los jugadores pese a la derrota ante el conjunto nacional galo.

"Gran gesto del presidente francés Emmanuel Macron, que vino a felicitar a los jugadores de Croacia tras la final de la Copa del Mundo", publicó en su cuenta de Twitter la federación croata de fútbol.

Esta muestra de deportividad no impidió, sin embargo, que Macron celebrara efusivamente los goles del combinado galo, frente a la evidente decepción de Kolinda Grabar-Kitarovic.

Junto a ellos en el palco estuvieron el presidente de Rusia Vladimir Putin y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.