A nueve días de que arranque el Mundial, Moscú lo tiene todo listo para recibir a un millón de turistas, casi la mitad extranjeros, acoger doce encuentros de la competición, incluidos el partido inaugural y la final, y hospedar a 10 de las 32 selecciones que disputarán el torneo.

Desde que la fiesta del fútbol arranque el próximo día 14 en el estadio moscovita Luzhnikí con el partido entre Rusia y Arabia Saudí, y hasta que un mes después se proclame el campeón en ese mismo recinto, Moscú ostentará el título de capital del Mundial.

En esta gran ciudad de más de doce millones de habitantes se jugarán doce partidos: ocho de la primera fase, dos octavos de final, una semifinal y la final.

Casi un tercio de las selecciones, entre ellas algunas de las favoritas para levantar la Copa del Mundo -como Alemania, Argentina, Francia y Portugal-, han escogido Moscú y sus alrededores para establecer sus bases.

Las autoridades de Moscú calculan que un millón de aficionados visitarán la capital, incluidos 400.000 extranjeros, y se han preparado a conciencia para ofrecer la mejor imagen de la ciudad y del país.

El desconocimiento de idiomas que caracteriza a los rusos es uno de los problemas con los que se encuentran los turistas en Rusia. Por eso, una de las primeras medidas de la capital rusa ha sido colocar señalización y mapas en inglés tanto en las calles como en el suburbano.

La mayoría de los aficionados usará el metro para ir de un lugar a otro, y a la salida de cada estación se encontrará un gran mapa del entorno con indicaciones de museos, centros sanitarios, áreas comerciales y deportivas, estadios y zonas de ocio.

Moscú ha formado en inglés a más de cien inspectores de tráfico y ha dispuesto a más de 400 médicos especialistas para que atiendan a extranjeros en ese idioma.

Entre partido y partido, hay mucho que hacer en la capital rusa, que ha preparado más de 70 eventos culturales y deportivos para que nadie se aburra ni un segundo.

El kilómetro cero para la hinchada será el Festival de Aficionados de la FIFA, una "zona fan" con capacidad para más de 25.000 personas montada frente a la sede de la Universidad Estatal, uno de los lugares más altos de la ciudad, desde el que se abre una vista panorámica a gran parte de Moscú.

Allí se transmitirán la mayoría de los partidos en varias pantallas gigantes, una de ellas de 144 metros cuadrados; habrá conciertos, comida, zonas infantiles, una tienda de regalos y un centro de atención médica.

Los numerosos museos y centros de exposiciones de la ciudad han preparado una veintena de eventos dedicados al fútbol.

El Museo de Moscú recordará la popularidad del fútbol entre los adolescentes de la posguerra, mientras que el Museo de la Moda repasará en una exposición los atuendos deportivos que se llevaban en la Unión Soviética.

Los poseedores del pasaporte de aficionado -la llamada tarjeta Fan ID que deben tener todos los hinchas con entrada a los partidos- obtendrán un 50 por ciento de descuento para entrar a todos esos eventos.

Los aficionados con entrada también se beneficiarán del transporte municipal gratuito el día de los partidos, siempre que estén en posesión de la entrada y la tarjeta Fan ID.

Ferias de artesanía y gastronomía de todas las regiones de Rusia, y también de países participantes en el Mundial; exposiciones interactivas, festivales musicales y deportivos se asomarán en cada esquina para que la fiesta no pare ni un momento.

La ciudad entera, que lleva años preparándose para el gran espectáculo deportivo, se ha puesto por fin sus mejores galas para que Rusia 2018 sea la envidia de todo el mundo.